Mucho trabajo tiene por delante Pedro Rivero tras perder en su debut en el banquillo con un HLA que dejó unas sensaciones francamente pobres. El equipo alicantino cuajó una decepcionante actuación ante un recién ascendido como el Girona que se llevó con toda justicia la victoria del Pedro Ferrándiz. Salvo Schmidt, que fue el mejor del conjunto local, el resto de nuevas incorporaciones rindieron muy por debajo de lo que se espera de su nivel. Solo Conde en algunos momentos del encuentro levantó algunos aplausos de la grada en este primer encuentro.

La defensa lucentina estuvo a años luz de lo exigible con gravísimos errores fruto de la desconcentración. El constante movimiento de piezas del banquillo por parte de Rivero no daba resultados y el Girona, con mucha menos calidad, se llevó un triunfo que se decidió en los instantes finales. El HLA, quizás atenazado por la presión del debut, no supo jugar los minutos más decisivos pese a ponerse por delante después de todo el partido a remolque. Galán falló prácticamente debajo del aro lo que podía haber sido la prórroga, dejando al cuadro de Quim Costa la victoria en el bolsillo. Malas sensaciones del HLA pese a venir de una pretemporada brillante. La hora de la verdad ha comenzado sin poder sonreír por el momento.

Ni Nemcok ni Garrido se asemejaron a los bases que tenía el HLA la pasada temporada, echando en falta una mejor conducción desde el parqué y más ideas. Se lanzaron muchos menos triples, eso sí, pero el juego interior estuvo muy espeso pese al músculo invertido por el club en esas posiciones. Faltó fluidez, fuerza en el rebote y claridad de ideas en ataque.

Schmidt promete firmar una gran temporada. El escolta de origen americano lo hizo prácticamente todo bien, transmite seguridad, anotación exterior y buenas penetraciones, pero no estuvo rodeado de jugadores con la misma lucidez que él en el juego.

El inicio del choque ya fue desconcertante. Los catalanes cogieron rápidamente una buena renta (11-20) que comenzaba a sembrar la preocupación en la afición aunque con la esperanza de que el HLA reaccionaría tarde o temprano. No fue así. El equipo de Pedro Rivero jugaba a tirones, sin alma, pero con acierto puntual que impedía que el Girona sentenciara.

Un parcial de 12-3 en el segundo acto parecía cambiar la dinámica para llegar al descanso con un 31-36. El juego lucentino no enamoraba pero, como casi siempre ha sucedido, había plena confianza en que tras el descanso el HLA ofreciera su mejor cara.

Sin líder en el parqué

Conde se hizo el amo durante dos minutos. A partir de ahí el Girona ametrallaba desde el perímetro con Xavi y Sergi Costa. Fueron momentos difíciles que Rivero tuvo que detener. Un triple posterior de Schmidt dio oxígeno a los alicantinos para llegar al último cuarto con un 46-52 en el marcador.

Con un parcial de salida de 9-0 para el HLA (55-52), pocos hubieran apostado a que el partido se perdía. No podía pasar a nadie por su cabeza que el Lucentum fuera a perder el primer partido ante un recién ascendido y además en casa. El atasco en ataque fue monumental. Los lucentinos desperdiciaban una y otra oportunidad y el fantasma de la derrota comenzaba a surgir. Con una falta alarmante de liderazgo en el parqué, al HLA se le fue haciendo cuesta arriba el choque mientras el Girona jugó mejor sus cartas. Galán pudo haber alargado unos minutos más el partido, pero el balón no quiso entrar.