El verano se evapora, pero la playa permanece. El trajín de bañistas, el olor a protector solar y la colonización de toallas se esfuman cuando el otoño asoma las narices. Toca redefinir la utilidad del entorno para que el flujo de turistas se mantenga, para que se favorezca con ello a la desestacionalización de un sector clave en la economía de Alicante. El deporte es una herramienta fundamental y el club de vóley playa Costa Blanca, con casi dos décadas de permanencia en la avenida de Niza, la está empleando para dinamizar una zona condenada a la inactividad invernal si nadie le pone remedio.

Primero fue el circuito amateur organizado por el club alicantino (que ha reunido a lo largo de las 14 ediciones que suma hasta la fecha a más de 200 parejas por torneo), y ahora las dinámicas de grupo destinadas a empresas para contribuir al refuerzo del liderazgo de sus participantes y al incremento de la productividad de las plantillas. Y todas con el vóley playa como hilo conductor.

La experiencia en el circuito profesional de Nadia Campisi, directora del club, cinco veces campeona de España y representante nacional en los circuitos Europeo y Mundial, ha permitido darle un giro de tuerca más a un deporte en continua expansión. Las condiciones especiales que requiere su práctica casa perfectamente con las habilidades que precisa una empresa para desarrollarse.

La confianza absoluta en el compañero, el liderazgo dentro de la cancha, la fortaleza mental que exige la competición y la necesidad de metabolizar los momentos adversos a lo largo de los tres sets sin dejar que afecte a tu rendimiento son factores que Campisi aplica a sus sesiones de trabajo con los grupos que acuden a ella.

En el último mes, la multinacional noruega Easy Park, la firma sueca Andersson & Hultmark y la inmobiliaria barcelonesa Cuatre Casas han pisado la arena del club para potenciar la integración de sus trabajadores y reforzar sus capacidades. «Es bueno para todos, también para la ciudad, porque redunda en noches de hotel y clientes para los locales de ocio y restauración de la playa», explica Nadia Campisi, cuya labor de emprendimiento le ha permitido situar su club y su escuela en una de las más reconocibles del país.

«Preparamos actividades que ayudan a los participantes a optimizar su rendimiento, a trabajar en equipo, a tomar buenas decisiones bajo presión, a confiar en las capacidades de sus compañeros. Los jefes empatizan con sus subordinados, y al revés. Mejora el clima general de la empresa y eso aumenta la competitividad y la producción», esgrime la directora del club Costa Blanca.

La puesta en marcha de acciones mercantiles es paralela a la de tecnificación individual de deportistas, que acuden a la pentacampeona nacional para perfeccionar su juego. «Tratamos de que la playa mantenga el flujo de visitantes también cuando baja la temperatura. El deporte forja el carácter y a través de él aprendes a competir. Adaptarlo a cada necesidad empresarial es lo que nos diferencia y por lo que nos contactan», reconoce Campisi, que ha hecho de la superación una forma de vida.