Ágil, rápido, eficaz... y profesor de primaria. Lo que cuenta del balonmano lo aprendió volando desde el extremo diestro. 426 goles en sus últimos cuatro años en la Liga Asobal, la cima del balonmano, dan a todo lo que cuenta el beneficio de la duda. David Cuartero (Torrevieja, 1985), mereció una mejor salida del BM Benidorm. Después de un mes sopesando muchas ideas, aceptó la propuesta de Agustinos. El reto le sienta como un traje a medida: devolver a Alicante a la élite. No será fácil, este sábado, frente al Barça B, comienza la aventura.

¿Cómo llega un referente de la Asobal a la División de Honor Plata?

Después de pensar mucho en mi futuro. Zupo (Equisoain) no me comunicó personalmente que no contaba conmigo y el Benidorm me dio la baja cuando la mayoría de proyectos estaban ya cerrados. Entiendo, porque llevo mucho en esto, que el entrenador no quisiera que siguiera, pero me dejó muy poco margen de maniobra. Agustinos contactó conmigo, me ofrecía trabajar en el colegio y jugar en el primer equipo y pensé que era el momento de empezar a pensar más allá del balonmano.

¿Le habría gustado seguir?

Sí, no tenía previsto moverme de Benidorm, pero no pasa nada. Al principio lo pasé mal, pero en cuanto el entrenador y el presidente de Agustinos me contaron su proyecto, me ilusioné. Es un reto difícil, pero es muy bonito. El equipo es muy joven, con gente con muchas ganas y eso a mí me encanta.

¿Cambia mucho el día a día?

Cambia porque estás en un club más humilde, hay detalles que te sorprenden al principio, pero también ves que todo eso se suple con la pasión por el balonmano que se respira dentro de este club. Eso es muy especial, todo lo demás es secundario.

Y ese entusiasmo juvenil del que habla, ¿se contagia o le hace a uno sentirse mayor?

(Risas). Se contagia eso y la pasión por este deporte. Aquí se vive el balonmano desde muy pequeño y eso se nota en los que llegan hasta el primer equipo. Son jugadores que trabajan al máximo y que disfrutan cada entrenamiento. Hay un entusiasmo enorme.

¿Y qué puede enseñarles un maestro como usted?

Si yo puedo ser ejemplo de algo quiero que sea de trabajar a tope. Creo que si ellos, que están empezando, ven a un veterano darlo todo a diario, seguro que se motivan. Somos tres lo jugadores que venimos de la Asobal y ellos nos ven trabajar como el que más. Luego, en mi posición, pues ya doy consejos más específicos para que exploten todas sus cualidades.

Lo que consiguió el club el año pasado, ¿añade presión?

Hicieron muy bien las cosas y esas claves ya las tenemos. A partir de eso tenemos que hacer nuestro propio camino. Llevamos poco tiempo juntos y tardaremos en dar nuestra mejor versión, pero cuando lo consigamos, seguro que acabamos arriba.

¿La crisis económica que se cebó con todo lo que no es fútbol acerca el nivel de la División de Honor Plata a la Asobal?

Cuando baja el nivel en una liga, baja en todas porque el dinero escasea en todos sitios. Subir siempre es muy difícil y, si llegas, mantenerse lo es aún más. Hay que hacer las cosas muy bien para no convertirte en un club ascensor y yo creo que Agustinos tiene muy claro cuál es el mejor camino y lo acabará consiguiendo. Ojala...

¿Cuartero está en el CD Agustinos de paso o ha venido para quedarse?

A mi edad, te planteas las cosas año a año. Es importante saber cómo te responde el cuerpo y, sobre todo, la cabeza. Cuando salí de Benidorm lo hice con la moral muy baja, pero desde que empecé a trabajar aquí me he vuelto a ilusionar, a disfrutar con el juego. Lo que sí es cierto es que estoy muy a gusto. Hay que acabar bien esta temporada y luego ya se verá.

¿Por qué hay que ascender?

Porque esta ciudad se lo merece, porque aquí hay afición por el balonmano, porque esta es una plaza histórica y debe estar con los mejores otra vez.

¿Realmente compensaría a nivel económico?

La realidad es que no..., si es sólo por dinero, la Asobal no compensa. Hay que invertir mucho y es difícil que encuentres apoyo necesario porque los ingresos que genera la competición son insuficientes. Pero Alicante tiene un tejido empresarial capaz de afrontar, si realmente lo quiere, un reto de este calibre, uno al que también deben sumarse las instituciones. Pero el primer paso lo tenemos que dar nosotros en la pista, ascendiendo.