Saúl vivió una noche mágica en su casa. Ni en sus mejores sueños podía imaginar lo que le sucedió anoche en el estadio Martínez Valero de su Elche natal. El lunes, al final del entrenamiento, reconoció que estaba nervioso por jugar ante su gente y por las infinitas muestras de cariño que había recibido, pero antes del partido se los dejó en el vestuario y lució con todo su esplendor.

Además, el futbolista ilicitano tardó poco en hacer realidad su fantasía y en iluminar su estrella. A los 23 minutos, en el primer disparo español a la portería de Croacia, el centrocampista del Atlético de Madrid se elevó hacia las alturas y desde el cielo de su ciudad conectó un cabezazo certero, el balón botó sobre el césped y se coló en la portería croata. Saúl se coronó ante sus familiares, paisano y amigos, abrió la goleada española y demostró que es la bandera de esta nueva España de Luis Enrique.

El oropel no cayó del cielo como ocurre con en el Misteri con la Virgen de la Asunción, patrona de la ciudad, pero toda la grada coreó como nunca el nombre del hijo menor de la saga de los Boria.

El nuevo motor de la Selección española lo celebró como nunca. Sabía que ese gol era muy importante. Seguramente, a pesar de que significó ningún título, es el mejor de su carrera por emotividad y por el significado de hacerlo con España a escasos 500 metros de la residencia familiar.

Luis Enrique quiso que la afición rendiese su homenaje a Saúl y, en el minuto 64, decidió sustituirle por Thiago Alcántara. En esos momentos, todo el Martínez Valero se puso en pie y provocó una estruendo, que recordó a las populares mascletás de Elche, para despedir a su ídolo.

A pesar de todo lo realizado, Saúl mantiene siempre la humildad y al final del encuentro señaló que «han sido unos días muy especiales, pero no es el momento de individualizar, lo imporante es el grupo y estamos haciendo un equipo importante».

El centrocampista del Atlético de Madrid también quiso pasar página a lo sucedido en el Mundial. «Creo que le estamos dando muchas vueltas, hay que pasar página ya a eso y centrarse en el futuro». El futbolista ilicitano está ilusionado con esta nueva Liga de las Naciones aunque avisa de que «hemos conseguido dos buenas victorias, pero todavía no hemos nada», comentó.

Y si Saúl se coronó en su casa, Asensio, una de las novedades de Luis Enrique en el once inicial, llamó con fuerza a la puerta del nuevo seleccionador para ser titular.

El futbolista mallorquín estrenó su cuenta goleadora con el combinado nacional. Su zurda ya la había sacado a relucir en el Real Madrid, pero la faltaba un gran partido con España para consagrarse en la élite del fútbol mundial y ayer lo consiguió. Primero con un zapatazo desde la frontal del área, marca de la casa, que sorprendió a Kalinic. Y el segundo, aunque se lo anotaron al portero croata en propia puerta, dibujó una perfecta parábola arrancando desde la derecha. «Siempre intento aportar los máximo y si es con goles, mejor. Hemos hecho un gran partido a nivel colectivo, y tanto en el apartado defensivo, como en el ofensivo el equipo brilló con luz propia».

Saúl y Asensio representan la nueva savia de la selección española. Hasta ahora no habían tenido mucho protagonismo con la selección, pero en después del partido de ayer en el Martínez Valero, Luis Enrique es consciente de que cuenta con dos estrellas que son todo una realidad ya en el panorama futbolístico mundial.