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«La humildad es el camino más corto hacia el éxito»

Una semana después de ser campeona de Europa, la defensa alicantina María Jiménez repasa todo lo vivido y se plantea sus próximos retos

María Jiménez posa con la roja y con la medalla de oro que ganó el pasado lunes en el Europeo sub'19 de Suiza David Revenga

Si sabes volar con los pies en el suelo es más fácil llegar. El camino a la cima nunca es sencillo, sólo quienes no pierden ni un segundo en lamentar la dificultad y trabajan sin descanso son capaces de dar lo mejor de sí mismos. María Jiménez es lista, ágil, resuelta, gran estudiante y, desde hace siete días, campeona de Europa de fútbol con España, ahí es nada.

¿Cómo se dirige uno a toda una campeona de Europa?

Como quieras... mis amigas me llaman Jime (risas).

¿Se lo cree ya o sigue en una nube?

Aún no. Ha sido increíble y voy a tener que dejar pasar un tiempo para poder asimilarlo todo.

¿Qué recuerdo se le repite más estos días?

Los momentos de la concentración en los que estábamos todas juntas y, por supuesto, la final, que la tengo muy grabada.

¿Cómo la vivió?

Muy nerviosa, pero convencida de que íbamos a ganar. Teníamos mucha confianza en nuestro juego. Fue muy intenso, pero hicimos un partidazo.

Le tocó verlo en el banquillo, ¿cuánto sufrió?

Muchísimo... por el resultado y, a nivel personal, por no tener la suerte de estar sobre el césped.

Con 17 años, en un torneo sub'19, y siendo defensa, creo que hay que asumir la suplencia con naturalidad, ¿no?

Claro, pero yo siempre creo que con trabajo todo llega. Me queda recorrido en la selección y sé que mi oportunidad de jugar una final se hará realidad más pronto que tarde.

¿Existe algún modo eficaz de que un éxito así, tan prematuro, no se suba a la cabeza?

La humildad es el camino más corto hacia el éxito. Me queda un trecho muy largo, no puedo creerme nada porque esto no ha hecho más que comenzar. Es verdad que la gente y la familia te ven más en la tele o en los periódicos y te lo dicen, pero eso es sólo un instante, hay que centrarse en el trabajo porque sólo así puedes superarte y llegar lejos. El oro está muy bien, pero yo voy a seguir como hasta ahora, sin creerme ni más ni menos que nadie.

A la foto con la Roja campeona del Mundo se apuntaron todos, el Rey, el presidente, los ministros? ¿Quién les recibió a ustedes cuando trajeron la copa a España?

Muchos fotógrafos, en el aeropuerto; y el ministro de Deportes (José Guirao) y el presidente Luis Rubiales, que también vino a vernos al torneo, en Las Rozas. Nos sentimos importantes, la verdad es que la Federación se ha volcado con nosotras.

No siempre fue así, ¿verdad?

No. Yo, como la mayoría de nosotras, empecé a jugar con 7 años y tenía que hacerlo en equipos de chicos porque no había de chicas. Eso ha cambiado, y ha cambiado para bien.

¿Con 7 años?? Cuénteme cómo fue aquello.

Fue mi madre quien me dijo que habían creado un equipo para mujeres en Alicante [se refiere a la fusión del Sporting Plaza de Argel y el Hércules en el 2007] y que me iba a llevar para hacer las pruebas. Estar en un vestuario por primera vez rodeada de chicas fue fantástico, dejaba de ser la única, la diferente. Comprendí que había más mujeres como yo, con mis mismas ambiciones, que no estaba sola, y eso me animó mucho.

¿Familia herculana, intuyo?

Sí. He ido mil veces al Rico Pérez, sola, con amigas, con mis padres... De hecho, cuando jugaba con el equipo femenino, iba al campo con mi uniforme (Sonríe).

¿De dónde nace esa pasión suya tan precoz por el fútbol?

Me viene de cuna. Mi abuelo y mi padre jugaban al fútbol, en mi casa había fútbol en la tele y se discutía de fútbol a todas horas. Mis hermanos mayores empezaron a jugar y yo iba a ver sus partidos? Así que desde el principio lo tuve claro: quería ser futbolista.

Azorín, Hércules, Elche, Levante? ¿una carrera meteórica con sólo 17 años?

Sí (risas). Este será mi segundo año en Valencia y estoy muy satisfecha de cómo me va todo.

Hay pocos clubes que trabajen tan bien el fútbol femenino como el Levante, allí se reúne mucho talento. Eso es bueno para crecer deportivamente, pero una lucha sin cuartel porque la competencia es máxima, ¿cómo lo encara?

Con mucha ilusión. Además, a pesar de tener ficha con el filial, voy a entrenar a diario con el primer equipo [que compite en Primera División] como una más, esperando mi oportunidad. Estoy convencida de que voy a aprovechar cada minuto que me den.

Le toca compaginar fútbol y estudios, ¿qué puede más?

Si fuera por mí? (Risas). Pero es verdad que hay que formarse, crecer como persona. Y en casa siempre ha estado muy claro: primero lo estudios y luego todo lo demás.

Este año empieza en la Universidad y ha optado por Negocios Internacionales, ¿no había algo más facilito?

El nombre impresiona, ¿verdad? Mis compañeras han tirado más por carreras ligadas al deporte, pero a mí siempre me ha gustado más la economía, los idiomas. Soy buena estudiante, me gusta, no me cuesta y se me da bastante bien.

¿Es usted la hija perfecta? ¿Cómo llevan sus padres que esté lejos de casa?

El año pasado fue el primero fuera y resultó duro. Pero saben que soy muy responsable, que puedo apañármelas bien sola y que respondo siempre, que lo puedo sacar todo.

Vamos, que no pierde ni un segundo con los videojuegos?

No. Nunca he jugado a la Play.

¿Llegará el día en que se equiparen el fútbol masculino y el femenino?

Nunca serán lo mismo, pero nos tenemos que acercar lo más posible. Jugamos el mismo deporte, pero no de la misma manera por cuestiones obvias. Sin embargo, la pasión y la dedicación son idénticas. No se trata de chutar igual de fuerte que un chico, o correr más que ellos, sino de jugar bien. Y eso lo pueden hacer hombres y mujeres cada uno aprovechando sus cualidades. Habrá igualdad cuando hombres y mujeres tengan las mismas oportunidades de practicar deporte profesionalmente.

Lo de ser defensa, ¿es vocacional o imposición de sus entrenadores?

Todo el mundo quiere marcar goles, pero yo juego atrás desde el principio. Me encanta defender y mis cualidades me lo facilitan bastante.

Después de ganar un título europeo con la selección cuesta pensar en otras metas, pero ¿cuál es su siguiente reto?

Debutar en Primera con el Levante y, por qué no, ganar la Liga.

¿Sabrá ser paciente y esperar a que llegue su momento?

La oportunidad hay que buscarla, claro, pero si algo he demostrado en este Europeo es que sé esperar mi momento, que no soy impaciente. Lo que tengo muy claro es que no puedo desanimarme, que tengo que estar lista para dar mi mejor versión cuando el entrenador me dé la oportunidad.

Cuando no entrena ni estudia, ¿qué hace?

Quedar con mis amigos y amigas para jugar al fútbol (risas).

Y al margen de fundar una multinacional que le dé mucho dinero, ¿qué quiere para usted en el futuro?

Ser futbolista profesional durante muchos años, ganar títulos y, por qué no, levantar una Champions League.

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