La búsqueda de un «9» de garantía constituye un auténtico quebradero de cabeza para el cuerpo técnico del Alcoyano, pese a tener asumido que la operación podría demorarse hasta mediados de agosto. De momento, Máyor y Andrés Carrasco, dos perfiles atractivos que habían estado sobre la mesa del área deportiva, han recalado en el Castellón y el Villanovense respectivamente. La opción del herculano Óscar Díaz permanece vigente, pero existe el temor de que el madrileño cuaje una buena pretemporada y termine por convencer a Lluís Planagumà.

En la recamara se encuentra Raúl González que viene de marcar 6 goles con el Ontinyent y de ser una pieza intocable del puzzle de Vicente Parras. En 2017, su última temporada en Tercera División, anotó 18 goles con el Orihuela. El cuadro de La Vall d'Albaida amplió su contrato el pasado mercado invernal hasta 2020 evitando la que parecía irremediable marcha al Castellón. Por esta razón, ha iniciado la pretemporada con el Ontinyent con total normalidad y se encuentra obligado a negociar su salida si realmente quiere erigirse en el delantero de referencia del proyecto de Mir.

Raúl González, de 27 años, debutó en 2012 en Segunda División con el Hércules en un derbi contra el Elche. Posteriormente, pasó por los vestuarios del Yeclano, Novelda, Quintanar del Rey y Orihuela hasta desembarcar en el estadio de El Clariano.

Adiós de Kilian

El Alcoyano no ha visto cumplido el deseo de mantener en la plantilla al sub'23 ilicitano Kilian Morante. El extremo, cansado de la falta de continuidad del pasado curso, ha puesto rumbo a Castellón atraído por el ambicioso proyecto del cuadro de Castalia, donde jugará las dos próximas temporadas.