El estadio Luzhniki, el estadio emblemático del Mundial de Rusia 2018, proclamará hoy a los nuevos reyes del fútbol. Los elegidos saldrán de un choque inesperado entre Francia y Croacia, dos equipos que comenzaron el torneo fuera del grupo de grandes favoritos y que le otorgarán un soplo de aire fresco.

Leo Messi, Cristiano Ronaldo y Neymar Jr. llegaban como los grandes astros del orbe dispuestos a imponer su jerarquía. Brasil y Alemania comparecían como principales aspirantes al trono. Ni unos ni otros pudieron sobrevivir a un torneo taquicárdico, con momentos para la historia y, por qué no también, de poco fútbol.

Rusia 2018 ofrecerá el relevo de Alemania, que en este torneo tuvo una actuación decepcionante y cayó a las primeras de cambio. No será tampoco la edición en la que un equipo sudamericano pueda emular a la Brasil de Pelé y gane en territorio europeo.El nuevo rey será Francia, que tratará de obtener el segundo título de su historia, o Croacia, que intentará convertirse en el noveno campeón.

Solo estas dos selecciones han conseguido progresar hasta el momento de la verdad, cada uno con su estilo, con sus armas, Francia y Croacia, una desde un modelo eficaz y pragmático y la otra con mayor juego combinativo y muchas angustias, con tres prórrogas y dos tandas de penaltis incluidas, pero sobre todo con una fe inquebrantable.

Didier Deschamps ha conseguido hacer una selección muy a imagen y semejanza que aquel equipo que se coronó en Saint Denis en 1998 con Zinedine Zidane estelar y decisivo al superar a la Brasil de Ronaldo en la final, aunque para ello tuvo que dejar en la cuneta en semifinales, precisamente, a Croacia, aquel equipo que sorprendió a todo el mundo y que tocó la gloria con los imborrables Davor Suker, Zvonimir Boban, Robert Prosinecki, Robert Jarni, Slaven Bilic e Igor Stimac, entre otros. Francia ha sabido encontrar una fórmula que mezcla la sobriedad y la firmeza atrás con la calidad hacia adelante de Antoine Griezmann y el vértigo de Kylian Mbappe. Ambos se postulan, por otro lado, a ser elegidos mejores jugadores del torneo y quién sabe si al Balón de Oro y al The Best de la FIFA, galardones a los que llegaría también ese aire fresco.

Aspira también, aunque obviamente sea lo menos importante para los protagonistas, Luka Modric, capitán y referente de esta Croacia junto a Ivan Rakitic.

El madridista y el barcelonista, tantas veces rivales en los últimos años y que juntos hacen tan buena pareja, forman la base desde la que se construye el fútbol de la Croacia de Zlatko Dalic. Los ajedrezados ya ha hecho historia al plantarse en la final, pero no quieren parar ahí. Estarán presentes en la grada del Luzhniki los medallistas de bronce del 98. Pero este equipo quiere escribir aún una página más brillante.

Tácticamente se presenta una final muy interesante. Habrá que ver, de partida, cómo se ha recuperado la selección croata, que llega con un choque más disputado por las tres prórrogas acumuladas desde octavos a semifinales.

Buena parte de sus futbolistas acabaron fundidos ante Inglaterra y, aunque Dalic confía en contar con todos los habituales, hasta el último momento no se sabrá.