No podía dejar Pedro Rivero el proyecto del Lucentum de la cruel forma en la que terminó el ya lejano quinto partido del «play off» ante el Canoe. Gente como el base segoviano es la que busca la directiva lucentina para seguir creciendo en busca de llegar a la élite del baloncesto nacional en el menor tiempo posible. Ya está Guillermo Rejón (director deportivo) y ahora Rivero. Inmejorables cimientos para continuar en la lucha por ocupar un hueco en la LEB Oro y de allí mirar de cerca a la ACB. Será la primera experiencia en un banquillo del exbase lucentino. A priori pudiera ser un hándicap, pero nadie duda de la capacidad de liderazgo de un deportista que ya demostró sus dotes en la pista. Si sobre el parquet casi ya ejercía de entrenador, qué mejor que tenerle ahora en el banquillo dando instrucciones en una categoría que conoce a la perfección y además con el beneplácito de toda una afición orgullosa de poder tenerle de nuevo en el club.

No oculta el nuevo técnico que fue muy difícil pasar página después de la dura derrota en el Centro de Tecnificación. «Le di muchas vueltas a lo que sucedió, desaprovechamos la oportunidad que tuvimos con el 45-40 y luego nos entró el miedo», afirmó ayer Rivero, que aunque ya tenía la decisión tomada de no seguir jugando, la de entrenar al Lucentum fue algo que surgió después y no pudo negarse. «Quiero quitarme la espina de lo que sucedió y ayudar en todo lo que pueda al proyecto, la ciudad ha vuelto a respirar baloncesto y hay que aprovechar ese momento para crecer todos juntos», señala el exjugador lucentino. Rivero tiene claro el tipo de equipo que quiere aunque no sabe si podrá contar con la columna vertebral de la pasada temporada por las posibles ofertas que puedan recibir los jugadores. «Tengo una idea muy clara de lo que quiero, ahora vienen días de mucho trabajo, habrá que ir hablando con jugadores que hace diez minutos eran mis compañeros e ir tomando decisiones», señala.

Sobre el nuevo formato de competición todavía no tiene una valoración aunque sí se congratula de que este año ascenderán tres equipos a la LEB Oro. El nuevo técnico es consciente de que la afición lucentina ha acogido de buen grado la noticia. «He recibido multitud de mensajes de felicitación, me he sentido muy querido siempre en Alicante y ahora más todavía», reconoció.

Rivero, de 39 años, sustituye en el cargo a David Varela y es entrenador superior de baloncesto desde 2015. Pese a su falta de experiencia en el banquillo, en el club se confía en que quede compensada con su liderazgo y conocimiento del juego y de la categoría, en la que ha participado durante dos décadas con quince equipos. La llegada del nuevo entrenador es la primera decisión del HLA Alicante en su planificación deportiva para la próxima temporada, en la que el objetivo del club que preside Toni Gallego volverá a ser el ascenso a LEB Oro.

El club comenzará ahora las renovaciones de los jugadores que interesan. Álvaro Lobo debe ser uno de los primeros en sellar su compromiso. Por otra parte, la entidad sacará la próxima semana la campaña de abonos.