El Orihuela coge una renta mínima para afrontar el partido de vuelta en tierras asturianas, al vencer por 2-1 al Langreo en el partido de ida de la tercera y última ronda de promoción de ascenso a Segunda B que se jugó en Los Arcos. El equipo de la Vega Baja fue mejor en el global de los 90 minutos y pudo haber logrado una ventaja de tres o cuatro goles, pero no estuvo acertado en muchas de sus ocasiones. El Langreo estuvo noqueado durante todo el partido con el 2-0 en contra y sólo cobró vida cuando en tiempo añadido el árbitro señaló una falta inexistente que supuso el gol que le metió en la eliminatoria.

El partido comenzó con el Orihuela muy metido en el juego, con las ideas claras del guión que debía seguir y lo ejecutó a la perfección en los primeros 15 minutos en los que fue claro dominador, con juego rápido y de toque, que le permitió gozar de la posesión y tener al Langreo metido en su campo.

El equipo asturiano trataba sin éxito de robar el balón para tratar de hacer lo que mejor sabe, que es el juego de contragolpe, pero la posesión de los oriolanos se lo impedía. El equipo escorpión ponía el juego, pero las ocasiones de gol no llegaban, hasta que Ayo abrió la lata en el minuto trece al rematar un centro desde la izquierda.

A partir de ahí, el Langreo trató de estirarse y puso el peligro sólo a balón parado, pero esa apertura del equipo visitante propició que el dominio amarillo se incrementara con un mayor número de llegadas peligrosas al área de Adrián Torres. El Langreo tenía serias dificultades para frenar el juego escorpión, y eso lo aprovecharon los locales para poner el 2-0 en el minuto 27 con un centro desde la izquierda que cabeceó a gol Antonio.

El primer disparo serio del Langreo llegó a los 33 minutos con un lejano pero potente chut de Héctor Fernández que atrapó Emilio.

En la segunda mitad, el Langreo salió más entonado y consiguió en solo cinco minutos rematar más veces a puerta que en toda la primera parte, si bien todos esos remates se marcaban fuera, y cuando se dirigían dentro se encontraban con el acierto del guardameta Emilio que, en una espectacular palomita, evitó el gol visitante en el minuto 61. Benja tuvo en sus botas la sentencia del partido en una bonita jugada de toque con Nico, pero su remate, solo ante el portero, salió fuera.

Perdonó demasiado el equipo de Villafaina, y en tiempo añadido lo pagó caro al recibir un gol a balón parado, en una falta que sólo vio el árbitro. Ahora tendrá que hacer valer su mínima renta en el partido de vuelta del próximo domingo a las seis de la tarde, en tierras asturianas.