La selección española volvió a ser víctima en el estreno en el Mundial 2018, de una particular maldición en las grandes citas cuando viste de blanco, con su segunda equipación, y tras seis derrotas consecutivas en Mundiales y Eurocopas, encajó un empate en los últimos compases de su debut.

La última vez que había sido víctima de la maldición cerró la exitosa etapa de Vicente del Bosque como seleccionador. Fue en los octavos de final de la Eurocopa 2016, ante Italia, en una competición en la que ya le había jugado una mala pasada ante Croacia (1-2), en un momento en el que se pensó tener todo hecho para ser primera de grupo y acabó con un cruce duro ante Italia que le mandó a la calle. Cómo no, de blanco. Igual que en 2004.

Para el recuerdo había quedado la inolvidable imagen de la eliminación de España del Mundial de Estados Unidos 1994, con Luis Enrique manchando de sangre la camiseta blanca tras un codazo de Mauro Tassotti, en la derrota ante Italia que la dejaba a las puertas de semifinales y a todo un país repleto de rabia e impotencia (2-1).

O la España de blanco ante Nigeria, en el Mundial de 1998, el día del error del portero Andoni Zubizarreta ante un disparo que iba fuera de Lawal y una sonrojante derrota (2-3). En un partido de blanco llegó otro error de un portero, el de De Gea ante Portugal, que jamás olvidará el guardameta.