El HLA Alicante se apagó igual que lo hizo el pabellón a falta de dos minutos para el final. El Pedro Ferrándiz se quedó completamente a oscuras, como lo fue toda la segunda parte de un equipo que no dio la talla cuando tenía ante sí un escenario idílico para celebrar el sexto ascenso de su historia. La luz para el Lucentum ya no volvió, sí lo hizo en el recinto a los cinco minutos para encumbrar a un Canoe que dejó helada a toda Alicante con un inesperado triunfo a domicilio.

Al final, la fiesta que se prometía en el parqué fue para el equipo madrileño. Un fatídico tercer cuarto con un parcial de 0-16 convirtió en un drama el abarrotado Pedro Ferrándiz. El HLA se queda sin ser de Oro en uno de los partidos más flojos de la temporada ante un rival que se metió en el «play-off» en la última jornada de la competición regular. Lo tenía todo de cara el conjunto de Varela para conseguir el ascenso ante más de 4.500 espectadores, pero esta vez no funcionó nada y de nuevo volvió a sucumbir ante un imperial Tyson. 29 puntos y 16 rebotes destrozaron a los alicantinos, que se quedaron sin armas para combatir.

La victoria del Canoe fue más que justa. El HLA no supo muy bien ni a qué jugar. La final le vino muy grande y cuando realmente se jugaba la temporada no estuvo a la altura de las circunstancias. Tras una primera parte marcada por la igualdad, la desconexión fue absoluta. Festival de Guillermo Ruiz y Tyson frente a la nulidad lucentina, que dejó perpleja a una afición impresionante. 0-16 y 45-56 al término del tercer cuarto. Rostros de incredulidad en la grada ante la tragedia que se estaba viviendo en el Pedro Ferrándiz. Pero aún quedaba un cuarto. Todavía no había nada perdido. O eso es lo que el público quería pensar. El argumento sobre el parqué volvió a ser el mismo. El Canoe dominaba ante la desesperación de los lucentinos.

Lobo se puso al frente en busca de intentar lo imposible. Triples, entradas... Nada acababa en el aro ante un rival que reboteaba una y otra vez teniendo el ascenso cada vez más cerca.

Tyson terminó de reventar el partido con una nueva exhibición. Convertía en oro cada balón que tocaba frente a un rival muerto. Duro varapalo el que se estaba llevando el conjunto alicantino. Impotencia absoluta ante las gradas repletas de público. Para colmo llegó el apagón de luz, la enésima vergüenza en el Centro de Tecnificación. Hasta el marcador se quedó sin luz. El partido estaba prácticamente sentenciado pero el ridículo y la imagen fue lamentable. Esta vez no fueron las goteras. Parecía difícil superarlo.

Los madrileños celebraron con energía el ascenso a la LEB Oro mientras los jugadores del Lucentum convertían el parqué en un mar de lágrimas. La afición no cesó de animar al equipo que le ha hecho soñar esta temporada, pero no pudo ser.

Nada hacía presagiar tal desenlace. El inicio del encuentro estuvo marcado por la igualdad entre dos equipos con mucho miedo. Se palpaban los nervios y la tensión en un día que debió ser muy grande para Alicante. Nada anormal en el primer cuarto. Tyson convertido en el amo y señor de un aro y Sidibe y Orion en el otro. Ligera ventaja del Canoe pero tal y como estipulaba el guión de un quinto partido por el ascenso. 14-17 y a seguir luchando en el segundo cuarto. Llegaron los triples de Nacho Díaz y Chapela, pero Tyson no se quedó parado y devolvía los golpes con absoluta destreza. A esas alturas de partido ya daba signos de flaqueza el HLA. Escasos recursos en ataque y bajo porcentaje reboteador. Con 34-33 se llega al descanso, al preludio de la gran debacle.

Y llegó el apagón. Total. Parcial ganador del Canoe. A Guillermo Ruiz le entraba todo, todo lo contrario de lo que sucedía en el aro contrario. Inexplicable esos diez minutos que destrozaron la posibilidad de ascender a LEB Oro. Completamente a oscuras se quedó el equipo alicantino. Y el pabellón también. Inmejorable metáfora que define lo sucedido en el último partido de una estrella que ha dejado huella: Pedro Rivero.