Todo eran risas hasta que marcó Ricardo Rodríguez. España, satisfecha, sonreía por su dominio, tanto en el marcador como sobre el terreno de juego. Sólo se podían hacer valoraciones positivas, hasta que un error de De Gea permitió al lateral suizo empatar la contienda. Al final, prisas por buscar la victoria y sensaciones contradictorias. A estas alturas, con la calidad no basta. Se permite el tropiezo que para eso están las pruebas, pero en dos semanas la cosa irá en serio.

Lo cierto es que, hasta la igualada, España controlaba el partido casi al trote, sin necesidad de un esfuerzo excesivo. En el primer tiempo impuso su ley ante una Suiza voluntariosa que se acercó a la puerta de De Gea con algún zarpazo esporádico. Cuando toda la artillería esté disponible y el rodaje ajuste los mecanismos del equipo, igual la selección puede atreverse a mirar la Copa del Mundo, pero debe aprovechar su superioridad si no quiere sufrir contratiempos fuera del guión como el de anoche.

No distaba mucho el once de ayer del que podría presentar España en su estreno mundializas frente a Portugal en 11 días. Con las ausencias de Sergio Ramos, Busquets e Isco, que no faltarán en el once, el resto de titulares estaba en el césped del Estadio de la Cerámica. Además, en el debate del 9, Lopetegui jugó al despiste y alineó a Diego Costa y Iago Aspas. Con el hispano-brasileño como referencia, el gallego cayó a la banda derecha. En el otro lado, España explotó el potencial de su maravillosa banda izquierda. Alba, Iniesta, en modo dibujo animado, y Silva generaron la mayor parte del peligro de los de Lopetegui. Un pase de Alba entre los centrales, lo bajó Diego Costa para que Silva rematara demasiado cruzado. Por su parte, Iniesta ensayó dos disparos al filo del descanso que obligaron a Sommer a lucirse para evitar el tanto.

Pero, en una de esas paradojas de la vida, el gol llegó desde la banda derecha de España. Odriozola, llamado a ser titular ante Portugal por la lesión de Carvajal, empaló un centro desde la otra banda de Silva para batir a Sommer en el minuto 29.

Suiza no se descompuso, aunque demostró lo engañoso del ránking FIFA. Los helvéticos siempre fueron a remolque, con un Shaquiri errático y un Seferovic desconectado. Sólo desde los laterales, con Rodríguez y Lichsteiner, crecía en ataque. Dzemailli, con un tijereta en el minuto 24 en el interior del área, disfrutó de la ocasión más clara para los de Vladimir Petkovic.

Arreón atacante insuficiente

Despertó el segundo tiempo con la entrada de Lucas Vázquez por Iago Aspas. El cambio de gallego le dio más vértigo y profundidad a España, y asomaba el segundo tanto. Pero De Gea, en el minuto 63, se tragaba un disparo de Lichsteiner que Rodríguez empujaba a la red.

Táctica de guerrilla por el lado suizo que reculó para defender el empate. Lopetegui usó la última media hora para introducir cambios, y así aparecieron Marco Asensio, Rodrigo, Nacho o Monreal. El delantero del Valencia, a ocho del final, gozó de una remate a bocajarro tras una delicatessen e Lucas Vázquez. Pero el toque a rebato no fue insuficiente para ganar, y disipar las dudas.