Rosa Pérez no quiere acabar la entrevista sin hacer hincapié en la flagrante desigualdad que detecta en el deporte femenino aficionado que practica desde hace muchos años. «Es escandalosa y son muchos los detalles: por ejemplo, en muchos campeonatos en los que hay un sólo marcador, se lo ponen siempre a los chicos, cuando lo podían intercambiar con las chicas».

La «madre coraje» del San Blas se queja también de que los mejores horarios son para los partidos masculinos. «Las chicas siempre juegan a las 9 y los chicos a las 10 porque es una hora más normal y cuando protestas te dicen que reparten las pistas según las categorías, pero no debería ser así porque masculinas hay muchas más. Deben dar una oportunidad a las mujeres de jugar a las 12 de la mañana y no siempre la mejor hora para ellos».

La diferencia también es salarial en los pocos casos en que hay retribuciones en estas categorías. «Los entrenadores de equipos masculinos ganan más que los de femeninos y, así, todo el mundo cuando coge experiencia se quiere ir con los chicos». Y en el caso de los jugadores el contraste es aún más grave: «En Primera División, los jugadores cobran y las chicas pagamos. No todos los equipos pagan a los chicos, pero eso es lo normal y van en autobús y les pagan muchas cosas. Sin embargo, en Alicante hay equipos femeninos de Primera División en los que pagan las jugadoras. Yo he pagado por jugar por primera vez en mi vida con cuarenta y muchos años. Y te explican que las chicas no son espectáculo, pero deberíamos intentar dar las mismas oportunidades a todo el mundo».