Después de 26 partidos, 18 triunfos del Atlético de Madrid, seis empates, dos derrotas, 46 goles a favor y nueve en contra, el estadio Wanda Metropolitano recibe hoy su primera noche decisiva, con el conjunto rojiblanco enfrentado al Arsenal por la final de la Liga Europa en un compromiso trepidante.

Un partido definitivo, sin excusas ni matices para el Atlético; en su casa, alentado por un campo abarrotado, con la mínima ventaja que aporta el épico 1-1 de hace una semana en el estadio Emirates y con la ambición que exige un duelo que aún permanece incierto y que propone un desafío que no admite ninguna concesión camino de Lyon. Ahí, será la final de la Liga Europa del próximo 16 de mayo y ahí apunta el equipo rojiblanco desde el Wanda Metropolitano, escenario de una racha imponente del conjunto local, ganador allí de diez de sus últimos once partidos, todos sin goles en contra, pero que no valdrá de nada si no la mantiene en un momento crucial. Porque sólo una finísima línea separa la euforia de una final, que sería la octava de la era Diego Simeone en seis años.