La costumbre de algún bañista de depositar sus heces en la piscina cubierta del Tossal de Alicante está causando un verdadero quebradero de cabeza a los responsables de la instalación municipal. La piscina ha tenido que cerrar hasta en tres ocasiones en la última semana y media tras las defecaciones, normalmente vespertinas, en el agua de la piscina. Nada más producirse este hecho, el protocolo obliga a los usuarios a desalojar la piscina inmediatamente ante el riesgo de infección para proceder a su limpieza.

El problema añadido a esta situación cada vez más frecuente es el tiempo que pasa hasta que la piscina vuelve a estar en condiciones de abrir, con el consiguiente perjuicio para los usuarios y para los cursillistas. Las defecaciones se suelen producir pasadas las cinco de la tarde, pero las instalaciones no vuelven a abrir sus puertas hasta las 11 horas del día siguiente, tres horas más tarde de su horario habitual.

Los motivos de la tardanza son la falta de personal de mantenimiento especializado en la desinfección de la piscina durante las tardes, por lo que hasta el día siguiente no pueden arrancar las tareas de mantenimiento tal y como confirmó ayer Eva Montesinos, concejal de Deportes del Ayuntamiento de Alicante. «Hay un retén de mantenimiento por las tardes pero no con el personal que se encarga de la desinfección de las piscinas. Se necesitan unas cinco horas para que la instalación quede apta para los usuarios», señaló la edil, que asegura que ya se han tomado medidas para que no vuelva a suceder.

«Ya no se trata de algo aislado como ha sucedido en otras ocasiones, se trata de tres veces muy seguidas y hemos tomado medidas, tenemos localizado al grupo y falta ver la fuente del problema», señala la concejala de Deportes, consciente del perjuicio que se está causando «a todos los usuarios que acuden a la piscina cubierta por la tarde, noche y a la mañana siguiente».

De cualquier forma, Montesinos hace un llamamiento a la responsabilidad de los usuarios: «Que sean conscientes de que con sus actos perjudican a las personas que acuden a la piscina».

Un problema habitual

La aparición de heces sobre las aguas del Tossal no es un hecho novedoso. En estas últimas veces se han depositado en la piscina cubierta, pero durante el verano la piscina descubierta también tuvo que suspender su actividad bien por incontinencia de algún usuario o bien por actos vandálicos durante las horas en las que la instalación permanecía cerrada. El malestar de los bañistas ante esta situación es evidente.