Siete de los nueve jugadores del Calpe CF detenidos el viernes por la Policía Local en una operación contra una trama de inmigración ilegal por la que siguen arrestados el presidente del club, Luciano Marciano, y tres de sus directivos, se vistieron ayer de corto y jugaron contra el Pinoso. El partido acabó con empate a cero. El campo prácticamente se llenó. Los propios futbolistas decidieron, ante el vacío de poder que ahora hay en el club, que se abrieran las puertas del estadio y no se cobrara a nadie. Los únicos jugadores arrestados el viernes que no disputaron el partido fueron el portero y el lateral izquierdo. «Su abogado les ha recomendado que no jugaran hoy», explicó el entrenador del Calpe CF, David Gascón.

«Los chavales están muy asustados. Son víctimas de todo este lío», afirmó Gascón. «Los que han jugado lo han dado todo en el campo pese a venir de dormir una noche en el calabozo. Ellos no tienen culpa. Algunos han hecho más de 10.000 kilómetros desde Paraguay para jugar aquí en preferente. Están muy implicados y son chicos excelentes», afirmó Gascón.

El técnico dijo que la federación les dio el visto bueno para alinear a estos futbolistas, ya que «son aficionados y no profesionales y no tiene nada que ver cual es su situación con los permisos de residencia». Y destacó que la afición respaldó al equipo. Y admitió que el club no está al día en el pago de las nóminas de los jugadores. «Pero ellos se dejan la piel por el equipo», reiteró.

El capitán, Iván Plaza, también dio tras el partido la cara por sus compañeros. «Siempre nos conjuramos antes de cada encuentro. Pero hoy lo hemos hecho con más sentimiento y corazón por ellos». También insistió en que los jugadores detenidos eran «víctimas». «Les estamos muy agradecidos por haber jugado hoy. Han estado en el calabozo y eso pasa factura psicológica. Nos han comentado que ni siquiera les entraba la comida».

El ambiente estuvo enrarecido. Los jugadores detenidos el viernes se abrazaron a sus compañeros al llegar al campo hora y media antes de que empezara el partido.

El técnico aseguró que el despliegue de la Policía el viernes, cuando se llevaron arrestados al presidente, el tesorero, el director técnico y a otro directivo, así como a los nueve jugadores extranjeros, fue «impresionante». «No sé cuantos policías había. Pero si aquí éramos 24 personas había al menos tres policías por cada uno de nosotros», dijo. Hoy pasarán a disposición judicial los cuatro directivos que siguen detenidos. Se les acusa de dirigir una trama criminal de inmigración ilegal. Ayer, en el campo, ningún aficionado ponía la mano en el fuego por el presidente. «Esto se venía venir», fue el comentario general.