Los ciclistas son de otra pasta. No es un tópico sino una realidad que alcanza su máxima dimensión en situaciones como la del corredor ilicitano Marcos Hinojosa, del equipo Cartagena-Esetec, que el pasado 10 de julio era atropellado por una conductora mientras entrenaba en los alrededores de la localidad leonesa de Villablino y sin cumplir los cuatro meses de dura rehabilitación ya ha vuelto a entrenar. "El jueves me dieron el alta y el viernes hice 20 kilómetros encima de la bicicleta. Me encontré un poco torpe, pero ya tenía mono. El sábado, junto a mis compañeros Abraham y Álex ya hemos realizado 60 kilómetros y desde Elche hemos pasado por Albatera, San Isidro, Catral y San Felipe Neri, para, a continuación, volver a casa. He sentido una bonita sensación después de muchos días de trabajo en la sombra", dice

El todavía campeón de la Comunidad Valenciana de ruta en la categoría junior sufrió fracturas de pelvis y de mandíbula, tenía varios dientes rotos y distintas magulladuras en la cara. Marcos entró por una ventana del vehículo y salió la otra. Tras ser ingresado en el hospital de Ponferrada fue trasladado al Hospital IMED Elche donde tuvo que ser operado de la mandíbula, le arreglaron la dentadura y pasó por el quirófano para someterse cirugía facial. Ha sido duro, pero ya ha pasado página y su mirada ya está puesta en la próxima campaña en la que correrá su segundo año como juvenil. "Vamos a ver cómo me va. Físicamente me encuentro bien, casi mejor que la pasada campaña por estas fechas. ¿Objetivo?. Ser campeón de España. Hay que ser ambicioso y por trabajo y entrega no va a ser", afirma mientras sonríe. Marcos Hinojosa está de vuelta y con nuevos bríos. Los ciclistas son de otra pasta y Marcos lo demuestra.