Alicante y el Rico Pérez renovaron anoche su idilio con la selección española y casi 25.000 personas abarrotaron un entrenamiento para el que se habían repartido sólo 17.000 invitaciones y que se agotaron en apenas 24 horas.

La Federación había tomado esta medida por cuestiones de seguridad y mayor comodidad en los accesos, y por idéntico motivo se cerraron los bares (no sin ciertas quejas por parte del público); no obstante, al final se abrieron las puertas y unas siete mil personas más que llenaron el estadio. Precisamente esta noche (20.45, La 1) el Rico Pérez lucirá lleno con 30.000 aficionados para el decisivo partido frente a Albania, clasificatorio para el Mundial de Rusia 2018.

Anoche el Rico Pérez fue inundado por la afición alicantina, ávida de fútbol de élite, siete años después de que el Hércules jugara por última vez en Primera. El público se volcó con los pupilos de Lopetegui e impregnó el Rico Pérez de un rojo pasional. Gritos a Piqué, pero también ánimo de apaciguar tensiones y disfrutar de un espectáculo que nadie sabe cuándo volverá a la ciudad.

Gran presencia infantil

Miles de niños de todos los clubes de la provincia coparon las gradas de un estadio en el que pudieron ver de cerca cómo sus ídolos se ejercitaban en una sesión, como es habitual, muy vistosa con lanzamientos a puerta y partidillo.

Mención especial mereció la alegría que impregnaron una treintena de chicos valientes de la planta de Oncología Pediátrica del Hospital de Alicante, con quienes la Roja se hizo una foto al término del entreno. Porque, como dijo aquél, el fútbol es lo más importante de las cosas menos importantes.