Dos años después de su última visita, la relación entre Alicante y el jugador del Barcelona y la selección Gerard Piqué ha ido a peor. En medio de un entusiasmo y euforia desbordados por la Roja, la gente no le perdona al defensa su activismo político y su participación militante en el referéndum ilegal del pasado domingo en Cataluña. Sucedió en el multitudinario entrenamiento anoche en el Rico Pérez y seis horas antes a la llegada de la expedición al hotel de concentración en Alicante.

Es cierto que hubo gritos y cánticos de apoyo a Piqué, pero los abucheos fueron muy superiores en decibelios. Y cada vez que el central tocaba el balón durante el partidillo, la música de viento eclipsaba y apagaba los vítores y los aplausos.

Todo apunta a que esta paradoja de convivencia entre la ilusión por España y la bronca a uno de sus jugadores continuará, y puede que vaya a más, esta noche (20.45) cuando comience a rodar el balón en el decisivo partido de clasificación para el Mundial de Rusia.

Con tres cuartos de entrada largos en el entrenamiento en el Rico Pérez, el central catalán fue uno de los últimos en salir al césped cerca de las 20.15 horas y los gritos de reprobación sonaron con mucha fuerza. «¡Piqué, cabrón, España es tu nación!», coreó un reducido grupo de aficionados del fondo sur, al que respondieron desde otros sectores del estadio con cánticos de «¡Piqué, Piqué...!», que se mezclaban con pitos al jugador.

Mientras, junto a un córner del fondo norte se desplegaba la pancarta de mayor tamaño con la leyenda: «Viva España, viva el Rey, viva el orden y la ley». Menos de 60 minutos duró la suave sesión dirigida por Lopetegui, que acabó con una ovación mutua entre jugadores y afición.

Seis horas antes, cerca de 200 personas, jóvenes en su mayoría, se concentraron en el Hotel Meliá junto al Puerto para recibir a la Roja al filo de las 14.00 y con considerable calor. Como era previsible, el defensa del Barcelona acaparó la mayor atención y fue abroncado por buena parte de los presentes.

Se escucharon pitos y algunos insultos, aunque en menor cuantía también hubo aplausos y gritos de ánimo para el central azulgrana. Entre las escasas pancartas portadas por la afición se leía una dedicada al futbolista catalán: «Piqué, te queremos».

«Me parece fatal que Piqué mezcle la política y el deporte. ¿Por qué no lo hace Jordi Alba?», se preguntaba Adrián, uno de los aficionados alicantinos, azulgrana confeso. «Soy del Barça a tope y me parece fatal lo que están haciendo en Cataluña. Si se independizan y se salen de la Liga, hasta luego, me haré del Atlético».

En otra línea, Ramiro, «alicantino y del Hércules, aunque me gusta el Barça», se negó a pitar al central de la selección. «Piqué juega con España, ha dado sus explicaciones y me niego a mezclar la política con el deporte», argumentó.

El acceso de los jugadores al hotel de concentración se produjo sin ningún incidente, en medio de un considerable despliegue policial y por la zona lateral junto al parking, en lugar de por la entrada principal del hotel como era habitual.

Responsables del alojamiento explicaron que el cambio de acceso se llevó a cabo «por razones de comodidad, para evitar agolmeraciones en el vestíbulo principal y no por la polémica con Piqué».

Antes de la aparición del central, la tranquilidad que marcó la concentración de los seguidores de la Roja sólo se vio alterada por la visita del «fan número uno de la selección», el valenciano Manolo el del Bombo, que compareció sin instrumento para alentar un par de cánticos de apoyo a España. «No diré nada sobre Piqué; mi único objetivo es animar a la selección», manifestó Manolo. «Ojalá que siga jugando tan bien y con el mismo compromiso y entrega que siempre ha demostrado. Espero que el público de Alicante disfrute y que España gane con un gol de Piqué».

Los madridistas Isco y Asensio fueron los más aclamados por la afición alicantina desplazada hasta el Muelle de Levante. También abundaban las camisetas con el número 15 de Sergio Ramos, al que una pancarta le pedía una foto y aplaudía su «carácter, pasión y corazón».

El único miembro de la delegación nacional que se acercó a firmar autógrafos a los aficionados fue el seleccionador Julen Lopetegui. Sobre las 13.20 había aterrizado la selección en el aeropuerto de El Altet, donde fue recibida por una veintena de personas.

El equipo de Lopetegui se entrenará esta mañana a puerta cerrada en el Rico Pérez y cuando finalice el partido de esta noche pernoctará de nuevo en el Meliá de Alicante porque el sábado por la mañana volverá a entrenarse en el coliseo blanquiazul para preparar el último partido de la fase de grupos este lunes en Jerusalén ante Israel.