El romance de la orografía alicantina con el ciclismo sigue más vigente que nunca. Ayer, miles de personas se agolparon en Xorret de Catí para presenciar la subida más heroica del circuito patrio; un recorrido que desde su estreno en 1998 aúpa a los ciclistas valientes y deja en evidencia a los que dudan.

Los aficionados, que desde primera hora de la mañana esperaron en las cunetas el paso de la serpiente multicolor, vieron cómo la carretera encumbró al británico Chris Froome y, sobre todo, cómo hizo resurgir al sempiterno Alberto Contador que, como los grandes maestros, siempre busca puerta grande o enfermería. Afortunadamente, ayer volvió a salir a hombros de una de las mejores plazas del ciclismo español.

La magnífica respuesta del colorido público, venido desde todos los puntos del planeta, reflejó el innegable buen estado de salud del ciclismo en la provincia. Muchos fueron los que optaron por llegar al puerto alicantino sobre las dos ruedas, emulando las hazañas que este recorrido siempre brindó a La Vuelta, desde que el Chava Jiménez irrumpiera hace 19 años para conseguir un maillot rojo que perdería pocos días después a manos de Abraham Olano.

La llegada del pelotón a la provincia en sábado fue un impulso extra para que los amantes del deporte veraniego por excelencia acudieran en masa a las cunetas de Alicante. Las horas previas a la etapa fueron un constante desfile de aficionados de todas las edades, que cambiaron el relax de la playa por el esfuerzo del asfalto y el manillar. Es ésta una costumbre cada vez más extendida, la del aficionado que para llegar al punto idóneo para presenciar la etapa recorre parte de ella sobre su bicicleta; aunque el público fue de lo más variopinto.

De nuevo, y ya son seis años en la larga historia de la carrera española, los 5 kilómetros al 9 por ciento de medio y las rampas del 22 de Xorret de Catí culminaron una etapa de La Vuelta. Ayer fue el galo Alaphilippe quien inscribió con letras de oro su nombre, como ya hicieran su compatriota Moncoutié en 2010 y los españoles Veloso en 2009, Eladio Jiménez en 2004 y 2000 y el Chava en 1998.

Gran despliegue de seguridad

El paso por Alicante de La Vuelta en la primera etapa de las dos que recorrerá en esta edición fue todo un éxito, tanto deportivamente como en labores de organización. Las fuerzas de seguridad mostraron un auténtico despliegue; la presencia de los agentes se dejó notar durante toda la jornada y extremaron las precauciones ante cualquier tipo de amenaza, con control de helicóptero incluido. La fantástica hoja de servicios que siempre presenta Alicante con la carrera española ha provocado que ésta haya pasado en las últimas tres ediciones por la provincia y que dentro de dos años, en 2019, en la 74ª edición, salga desde Alicante.

Resulta curioso que pese a la gran afición por el ciclismo en la provincia y el amplio protagonismo de los ciclistas en el pelotón internacional, esta edición de La Vuelta arrancara sin ningún alicantino. En principio, el contestano Rafa Valls había sido elegido por el equipo Lotto Soudal para competir en la prueba, pero semanas antes se rompió la cadera.