Adel Mechaal consiguió el mejor resultado entre los 56 atletas españoles que participan en los Mundiales de Londres con su cuarto puesto en la final de 1.500 metros, ya que quedó a sólo 18 centésimas de hacerse con la medalla de bronce.

El campeón de España quería una carrera rápida y los kenianos Elijah Manangoi y Timothy Cheruiyot -oro y plata al final- se encargaron de que fuera así.

Campeón de Europa de 3.000 metros en pista cubierta, Mechaal se había inclinado, finalmente, por el 1.500 pese a no haber bajado de 3:33 como él mismo se había exigido para dejar el 5.000. Era una apuesta arriesgada para un atleta capaz de sostener ritmos altos pero sin remate a nivel mundial.

Esa falta de pegada en el esprint le dejó sin medalla. Los dos kenianos se jugaron el oro por delante y, atrás, Mechaal fue ganando terreno al noruego, pero lentamente, centímetro a centímetro, de forma que no remató el trabajo. Los dos se arrojaron a la meta y ganó Ingebrigtsen.

Mechaal, nacido en Jebha (Marruecos), compitió en los Mundiales de Londres en virtud de la resolución del Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS), que anuló la sanción de 15 meses que le impuso la Agencia Española Antidopaje (AEPSAD) por tres supuestos controles de dopaje fallidos.

El atleta declaró su pesar por haber perdido por sólo 18 centésimas la medalla de bronce y advirtió que no es «un dopado ni un apestado», en alusión a la suspensión que le impuso la Agencia Española Antidopaje y de la que fue absuelto por el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS).

«Me he quedado a una centésima de mi marca personal. Lo que más me duele es perder esa medalla de bronce. Iba progresando, pero el noruego se ha cerrado y se ha echado a mi calle», explicó en la zona mixta.

«Lo he dado todo, si duda», añadió, «me he dejado la piel. Seguiré entrenándome para hacerlo lo mejor posible. He salido bastante atrás. Bueno, a mitad de grupo. No sabía que los kenianos iban a romper la carrera tan temprano. Abrieron hueco, pero yo, a falta de pocos metros, me eché encima». Así, a Mechaal le queda «la espina de que si hubiera ido por el exterior podría haber pasado al atleta noruego».

Asimismo, el atleta declaró que hace unos meses no sabía si iba a dejar de competir: «Estaba desolado, muy triste por el trato que estaba recibiendo y por las acusaciones. Ha sido muy duro, pero hoy he demostrado que el Mechaal de ahora es mucho mejor que el del 2016 que decían que se dopaba».