El presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Ángel María Villar, no descarta una modificación de la actual estructura de la Segunda B, aunque precisa que el funcionamiento de la categoría de bronce, en la que en la próxima temporada competirán Hércules, Elche y Alcoyano, no se modificará hasta que no exista un acuerdo entre todas las partes, incluidos los clubes. Las declaraciones de Villar llegan en un momento en el que hay un gran debate abierto sobre la conveniencia de crear una Liga de filiales para evitar, de este modo, que los segundos equipos de los grandes clubes españoles compitan con entidades más modesta y con menos recursos económicos.

Villar aseguró ayer que la RFEF tiene «alguna idea de modificación» para la Segunda B. «No se hará si verdaderamente todos los estamentos no llegan a un acuerdo», subrayó el presidente en referencia a equipos, jugadores, árbitros e instituciones organizadoras. La RFEF estará a disposición de cambiar el formato actual si «todos los actores estuvieran de acuerdo», añadió el presidente antes de recordar que la actual fórmula de cuatro grupos y una promoción de ascenso «es la que más ha durado en toda la historia del fútbol español».

Los casos de Murcia y Racing

En los últimos meses ha surgido un debate en diversos foros del fútbol español sobre la conveniencia de crear una Liga de filiales y así evitar que clubes históricos que actualmente militan en Segunda B tengan que competir ante los segundos equipos sin que haya una igualdad de condiciones, sobre todo en el terreno económico. Los partidarios de la creación de una Liga de filiales se basan en lo difícil que es ascender desde la categoría de bronce (sólo suben cuatro equipos de ochenta) y en que muchas ciudades españolas se ven apartadas del fútbol profesional en beneficio de los segundos equipos de los clubes más poderosos. Sin ir más lejos, el Valencia Mestalla ha impedido el ascenso del Murcia y el Barcelona B está cerca de evitar el del Racing de Santander.