¿Cómo se encuentran quince días después de haber ascendido a la División de Plata?

Seguimos disfrutando. Nos ha costado mucho porque el primer día se puso cuesta arriba. Así se saborea más lo conseguido. Ha sido el premio a dos años de trabajo en los que nos hemos planteado estar lo más arriba posible. Hemos mantenido prácticamente la plantilla, con unos pocos refuerzos que han aumentado la calidad de nuestro juego. Esta temporada nos faltaba dar un paso más y jugar la promoción.

¿Fue muy difícil recuperarse tras la derrota en el estreno?

Lo difícil fue recuperarse mentalmente. Cuando entré al vestuario pedí a los jugadores que se olvidaran del partido porque todavía teníamos opciones de ascenso. En la cena en el hotel ya hablábamos de esto. En el primer encuentro hicimos bien lo fundamental, sobre todo en defensa, y habíamos fallado en lo accesorio, principalmente en la definición. Teníamos que mantener la misma actitud y tranquilidad.

¿Dónde estuvo la clave para que consiguieran el ascenso?

En estar convencidos de que el sueño que planteamos hace dos años de llegar a lo más alto del balonmano español es posible. Para los jugadores ha sido un año duro porque hemos tenido que aumentar las cargas de trabajo en los entrenamientos. Al final han reconocido que les ha venido muy bien. Hemos sido una piña con nuestros aficionados y queremos seguir dando pasos dentro de este deporte.

El ambiente en sus partidos en casa ha sido espectacular...

Algo que hemos notado es que el ambiente ha ido creciendo desde el colegio hasta el balonmano alicantino. Muchos aficionados nos están pidiendo que nos traslademos al Pitiu Rochel porque es el pabellón de referencia de la ciudad. Es un paso que tendremos que dar tarde o temprano. La Catedral se nos ha quedado pequeña y la ilusión por el balonmano nos llevará a un pabellón más grande.

Lo que está claro es que Alicante es una tierra que siente pasión por el balonmano...

Estoy de acuerdo. Si situamos nuestro proyecto en la Liga Asobal, la afición recuperará la ilusión. Coincido con varios seguidores en que el ambiente que hemos vivido en Agustinos recuerda al de los tiempos del Calpisa. Entre muchos comentarios, uno de los que más me emocionó fue el de un hombre que me dijo que volvió a sentir lo mismo que cuando siendo un niño acudía con su padre a los partidos.

Ahora les toca consolidarse en la categoría de plata...

Cuando das un salto importante, la primera premisa es mantener la categoría. En la fase de ascenso ya hemos comprobado que los rivales tienen un nivel superior. Jugaremos contra equipos históricos que también quieren estar en la Asobal. Tenemos que asentarnos y ya pensaremos en lograr algo más en el futuro.

¿Ese algo más es la Asobal?

Sí, es lo que nos planteamos hace dos años. De momento hemos dado el primer paso. Somos un club de cantera que no para de sacar jugadores. Varios de los que han salido de Agustinos están jugando ahora en las principales competiciones europeas. Ojalá podamos recuperar a alguno de estos jugadores. Con ello y con la base que tenemos, creo que podremos aspirar próximamente a ascender a la Asobal.

¿Cómo valora el trabajo personal que ha hecho al frente del banquillo de Agustinos?

Estoy satisfecho porque cuando se planteó abiertamente que queríamos ascender había recelos y poca confianza. Ha sido un camino duro, en el que hemos demostrado que tenemos capacidad para conseguir nuestros objetivos. Estamos muy contentos en el cuerpo técnico porque hemos obtenido la recompensa al sacrificio que hemos hecho.

Antes recordaba que Agustinos es un club de cantera, ¿se lleva a cabo un buen trabajo?

Continuamente aportamos jugadores a las selecciones autonómicas y nacionales. El último ejemplo ha sido el de David Soriano. Nuestros equipos se clasifican constantemente para disputar las últimas rondas de sus torneos y hay chicas y chicos que vienen empujando muy fuerte.