Queridos amigos, ¡llegó la hora!. Estoy totalmente de acuerdo que no es necesario haber ganado un «Major» para ser un formidable jugador de golf. También creo que la mayoría de golfistas estaréis de acuerdo conmigo que conseguirlo es como ponerle la guinda a un fantástico pastel.

Conozco a Sergio hace ya muchísimos años puesto que ambos empezamos en este mundo del golf casi a la vez. Cuando él estaba en su etapa como benjamín ,alevín e infantil, yo comenzaba a hacer mis primeros pinitos en el mundo del arbitraje nacional.

Quedan atrás innumerables vueltas estipuladas en campeonatos de nuestra federación valenciana, en pruebas nacionales e internacionales e incluso en el European Tour dentro y fuera de España.

Tengo anécdotas con Sergio dentro y fuera de un campo de golf que me permiten poder opinar de el como muy pocos lo pueden hacer. Luchador, voluntarioso, perfeccionista, sencillo, discreto, muy trabajador, virtuoso en el juego... gran amigo de sus amigos.

Sé que es muy fácil dedicar una cantidad innumerable de piropos y elogios a alguien que acaba de conseguir el Master en El Augusta National.

Soy de los que pensaban que Sergio no podría tardar en conseguir un «Major». Esto está más que probado ya que quedó escrito y grabado en publicaciones y revistas.

No sabéis lo que me alegra no haberme equivocado.

Es cierto que en su vida profesional ya había pasado por varias oportunidades para conseguirlo. Los jugadores de golf sabemos lo complicado y difícil que es este deporte... unos milímetros te pueden llevar al éxito o al fracaso... o que el contrario o compañero competidor tenga su día, hace que el tuyo no sea el mejor.

Vienen a mi memoria anécdotas vividas de su infancia: «Torrubia, cuando sea mayor y triunfe en el golf me voy a comprar un coche tan chulo como este tuyo», me dijo Sergio un día viajando desde el hotel la Manga Club al campo en un campeonato infantil.

«Torrubia, yo no voy a subir al pino a identificar mi bola. Sube tú y me la identificas», me dijo una mañana de primavera en el campo de El Saler para poder dropar una bola al pie del pino.

Con los años, le vino la sensatez y aceptó sin rechistar un golpe de penalidad por haber movido su bola en Valderrama durante el Volvo Master al quitar una bellota.

Yo creo que es uno de los jugadores del mundo que mejor toca la bola. Pero lo que más me afectó fue cuando tuvo la oportunidad de ganar el Open Championship en playoff con Pedraig Harrington pero no lo consiguió, porque como he dicho antes, a veces no es nuestro día, y ese no pero ese no fue el suyo.

Ahora esos sucesos ya son una anécdota del pasado. Lo único que importa es lo que ocurrió al atardecer del pasado domingo 9 de abril en el Augusta Nacional.

Muchos amigos me han confesado que estuvieron al borde de un ataque de nervios. Después de llevar unos primeros nueve hoyos muy tranquilos y controlados... los bogeis del 10 y 11 fueron una gran contraridad.

El otro finalista Justin Rose llegó a ponerse tres golpes por debajo del score de Sergio. El maravilloso Eagle del 15, nos volvió a dar esperanzas a todos los españoles.

Los dos golpes en el Green fallados por ambos jugadores en el hoyo 18 de la vuelta y el berdie de Sergio en el hoyo de playoff, después de la pifia de Rose, cerraron un final de vuelta no apta para cardiacos.

Enhorabuena Sergio. Eres grande. Eres maestro y ocupas un sitio de honor en la historia del golf mundial.

Llegó tu hora MAESTRO. Es un gran honor que tus comienzos hayan sido en nuestra Federación valenciana de golf. Eres un ejemplo a seguir y copiar por todos nuestros jugadores y jugadoras de las escuelas de golf valencianas.

Muchas gracias MAESTRO.