Ha sido uno de los héroes de Belgrado. Jorge Ureña se proclamó subcampeón de Europa en una de las disciplinas más duras del programa atlético, el heptatlón, siete pruebas al máximo nivel en solo dos días. Su nombre figuraba en todos los pronósticos como uno de los grandes favoritos para subir al podio. No defraudó. El plusmarquista nacional sólo se vio superado por una máquina, el francés Kevin Mayer, subcampeón olímpico en Río.

Realizó un Europeo magistral, sobre todo en los 60 metros vallas, salto de altura y pértiga. No tanto en la longitud, disciplina en la que, posiblemente, dijo adiós al oro. Con este éxito en la capital serbia, Jorge Ureña se redime del doble infortunio sufrido en 2016. Primero, con su indisposición en plena disputa del Campeonato del Mundo bajo techo en Portland; y después, con los treinta minutos fatídicos vividos en el Europeo al aire libre de Ámsterdam, donde tres nulos consecutivos en el lanzamiento de disco le privaron de una medalla en la competición continental y del pasaporte para los Juegos Olímpicos de Río 2016

Ureña llegó al último día con la medalla prácticamente asegurada y la gloria al alcance de su mano. «Superman» Ureña, como ya se le conoce, ha sido una de las grandes sensaciones del Europeo, y ya piensa en cotas mayores.

El atleta de Onil, con 23 años, desprende humildad, generosidad en el esfuerzo y calidad en su cuerpo de 1,78, lejos de las grandes envergaduras que acompañan a los atletas que se dedican a las multidisciplinas. Pero quiere más, no se conforma con la plata, quiere el oro, y si puede ser en el Mundial al aire libre que se disputa en agosto en Londres. Allí espera consagrarse y asentarse en la exquisita élite atlética.

Sin moverse de Onil

Y todo lo hace desde su Onil natal con las instalaciones y con los entrenadores de toda la vida. Su padre, José Antonio Ureña, presente en Belgrado, y Jesús Gil. «Allí tengo todo lo necesario para entrenarme y los frutos se están notando», señala el colivenc.

«Estoy muy contento. A ver si esto ya significa parar con la mala suerte que he tenido el año pasado. Aún estoy asimilando esta medalla, estoy muy contento y muy cansado también. En la pértiga me moría pero ha tenido su recompensa», comentó el atleta alicantino.

«Venía con molestias, tengo una pubalgia, he estado tres semanas parado, no sabía lo que iba a pasar aquí. Empecé en el 60 muy bien, estaba molestándome y estaba pensado más en la pierna que en saltar. Luego me hicieron un vendaje y ha ido muy bien y partir de ahí parece que la cosa ha ido rodada», añadió el subcampeón de Europa.

Ureña felicitó al campeón, el francés Kevin Mayer, que batió el récord de Europa con 6.479 puntos. «El francés venía aquí después de ser plata olímpica y es un fuera de serie. Encima de ser muy bueno es un gran competidor. El objetivo ahora es ir al Mundial de Londres, hay que hacer la mínima, a ver si sale. Lo intentaré en un mitin en mayo, luego tengo la Copa de Europa en junio y quedaría el campeonato de España como la última opción», señaló el alicantino, que siempre se caracteriza por la humildad en sus palabras.

Ureña se encargó de poner el gran broche del fin de semana con la plata en el heptatlón, con 6.227 puntos, después de terminar noveno en los 1.000 metros, última de las siete pruebas. El de Onil vigiló al checo Adam Helcelet para defender una segunda posición que se ganó a pulso ya desde ayer, donde firmó una jornada para enmarcar. El atleta de Onil se quitó un «peso de encima» con esta medalla tras sus últimas decepciones.

El campeonato de Praga donde batió su propio récord de España le lanzó definitivamente a la élite. Sus miras se centran ahora en el Mundial de Londres donde viajará con la confianza que le otorga el segundo puesto continental Unos días descanso y retomará el trabajo.