El waterpolo es un deporte que ha dado grandes éxitos a España. El equipo nacional masculino ha sido campeón olímpico y mundial, mientras que el femenino fue subcampeón en Río de Janeiro y actual campeón del mundo. Sin embargo, la mayoría de sus practicantes y clubes están en Cataluña, donde tiene una gran tradición. En el resto de España son sólo pequeños reducto.

En la provincia de Alicante el protagonismo lo adquiere el Club Waterpolo Elx. De la mano de Sergio Navarro, que fue jugador de División de Honor con el Barcelona, Montjuïc y Rubí y que llegó hace unos años a tierras ilicitanas «por amor», es el único equipo que milita en Segunda Nacional, una categoría en la que tiene que recorrer toda España, desde Canarias hasta Pamplona, pasando por Málaga, Barcelona, Madrid o Zaragoza.

El Elx va lanzado hacia Primera División y sólo un descalabro improbable le puede privar del ascenso a la antesala de la División de Honor. A falta de siete jornadas para finalizar la Liga, los ilicitanos son líderes destacados y han ganado todos sus partidos, excepto un empate contra Málaga y una derrota frente al Metropole de Las Palmas. «Lo tenemos medio hecho, porque el primero y segundo ascienden, pero todavía no hemos llegado a la meta», avisa Navarro, Sergio Navarro, quien realiza funciones de director técnico del club y entrenador del primer equipo.

El waterpolo no es un deporte con el que se pueda ganar uno la vida, salvo que seas jugador de altísimo nivel y, muchas veces, tienes que salir de España. Por ello, la mayoría de la plantilla del Elx alternan otras profesiones con este deporte. Todos son ilicitanos, a excepción de dos venezolanos (Antonio Pirela y Moisés Pérez) y tres catalanes. «Tenemos 17 jugadores y cada partido tengo que convocar a 13. El waterpolo es un deporte muy sacrificado y, después del trabajo diario o los estudios, hay que entrenar. Realizamos ocho sesiones semanales y entre viajes y partidos, prácticamente, descansamos sólo un día o dos», explica el entrenador.

El Elx tiene un proyecto ambicioso para fomentar este deporte. «En la provincia hay conjuntos en la Liga Autonómica, como San Vicente, Petrer, Alicante, Elda o Sax, pero en categoría nacional sólo estamos nosotros. Contamos con 300 jugadores y 13 equipos federados, desde niños de cinco años hasta máster (veteranos). El principal problema es la falta de competencia a nivel provincial. Si existiera, enriquecería la cantera. Esta situación nos obliga a ir con los niños a campeonatos y entrenamientos por distintas partes de España», señala Navarro.

El alma mater del Elx asegura que «falta más promoción y apostar por el waterpolo. Necesitamos patrocinadores porque, en muchas ocasiones, nos cuesta dinero de nuestro bolsillo. Así es complicado estar en competiciones nacionales».