El entrenador del Fútbol Club Barcelona, Luis Enrique Martínez, ha asegurado que le afectan "cero" las críticas después de la derrota en la ida de octavos de Champions League ante el París Saint-Germain (4-0), y ha señalado que el partido de este domingo en el Camp Nou ante el Leganés (20.45 horas) servirá para ver la respuesta del equipo "ante una situación difícil" como la ocurrida en Francia.

"Las críticas me afectan cero, porque si no no podría estar en este cargo ni casi tres años. No me interesa lo que puedan opinar. Nosotros somos los primeros que hacemos autocrítica y los que intentamos buscar soluciones. Afortunadamente, hay una distancia considerable entre vosotros -periodistas- y mi persona", declaró en rueda de prensa. "No me acerco a tres pasos de un televisor o una radio ni borracho", añadió.

En este sentido, restó importancia a las "exageraciones" vistas en prensa tras el tropiezo en Francia. "Este es un mundo de exageraciones, yo pienso que ni es negro ni es blanco, que hay muchos matices. Estamos vivos en tres competiciones, en una estamos un pelín tocados, pero en las otras dos estamos más que vivos; en una estamos segundos y en la otra, en la final. Esto para los optimistas, para los pesimistas no digo nada", indicó. "Me avala mi trabajo. Al que le guste bien, y al que no, también", continuó.

Además, el técnico asturiano resaltó que no pueden centrarse en un partido de vuelta para el que queda "un mes", aunque lo tendrá en la cabeza "cada noche". "Lo hemos marcado como algo importante y que está en mi cabeza desde la noche del partido. Tenemos cuatro partidos previos, claves en la Liga, y conviene centrarse en el partido de mañana. Habrá tiempo para hablar del París Saint-Germain", afirmó, y tiró de ironía al explicar qué había hecho esta semana. "He jugado mucho al parchís con mi mujer, que, por cierto, me gana", dijo.

Sin embargo, Luis Enrique reconoció que el resultado cosechado ante el conjunto de Unai Emery fue "justo" y que podría haber sido más abultado. "Es un mal resultado en una competición que amamos, un varapalo muy grande, pero no es algo que haya caído del cielo, no apareció por ahí el regalo sorpresa. El rival mereció más que nosotros, fue superior, y hay que aceptarlo. A partir de ahí, tenemos que mejorar nuestro rendimiento. El resultado es justo e incluso podía haber sido mayor, esa es la realidad de lo que pasó el martes", manifestó.

En otro orden de cosas, destacó que todavía no ha decidido si continuará o no la próxima temporada al frente de banquillo culé. "Lo único que está claro es que no tiene que ver lo que pase en estos meses con mi decisión. Y no, no he tomado la decisión", aseguró.

Por otra parte, el preparador azulgrana explicó que en los últimos partidos están teniendo problemas para sacar el balón jugado desde atrás. "Es cierto que hay tendencia, en estos dos o tres últimos meses, a que los rivales se atrevan a apretarnos más, y no estamos encontrando soluciones. Necesitamos más sesiones de entrenamiento y ya nos hemos encargado de ir variando cosas", aseveró.

"Vamos a ir mejorando ese rendimiento. Hace no mucho, que los equipos se atreviesen a presionarnos alto se tildaba de locura, pero esa tendencia ha cambiado. Ahora está en nuestras manos cambiarlo y hacer que sigamos siendo un equipo que salga desde atrás jugando el balón y generando problemas al rival", prosiguió.Las variantes del Leganés

Sobre su rival del domingo, el Leganés, reconoció que el hecho de haberse enfrentado tan poco hará que lo que se vayan a encontrar sea una incógnita. "Tiene muchas variantes, no solo a nivel táctico sino de refuerzo de jugadores y que disfrutan de minutos, y eso hace que presenten más dudas", analizó.

"Muchas veces, los rivales pueden presionarte alto, replegarse, y no sé a lo que nos vamos a enfrentar. Sí sé la conducta defensiva que tienen, que es presionar al poseedor del balón. Es un partido diferente por lo acaecido el martes pasado; puede tener connotaciones. Es un partido para ver nuestra respuesta ante una situación difícil", valoró.

Además, a pesar de ser segundos en la Liga a un punto del Real Madrid -con dos partidos menos-, Luis Enrique considera que no está todo perdido. "Quedan muchas jornadas y no creo que haya ningún equipo que gane todos los partidos. Ojalá me equivoque y podamos ser nosotros", afirmó.

Por último, apuntó que el filial "está ahí para formar jugadores, pero cada área es individual" y que él no decide su estrategia. "Cuando yo era entrenador del filial y Guardiola del primer equipo no me impuso nada, yo tomaba las decisiones que consideraba oportunas; ahora sucede lo mismo", concluyó.