El delegado de campo del Orihuela, Pepe Samper, recibió el impacto de un objeto lanzado por algún aficionado del conjunto de la Vega Baja tras el partido frente al Levante B, cuando ayudaba al árbitro a retirarse a los vestuarios. Samper, que aseguró ayer terner la espalda todavía condolida por el golpe, arremetió contra algunos aficionados que se comportaron de forma violenta en su visita a la Ciudad Deportiva de Buñol. «Lo que hicieron allí ocho o diez señores no se puede consentir, y menos representando a una ciudad como Orihuela», apuntó el delegado de campo del conjunto oriolano. Samper dijo comprender que el árbitro Jiménez Moreno «pitó muy mal», pero añadió que los errores arbitrales «jamás pueden justificar que unos señores se dediquen a hacer vandalismo en su visita al campo del equipo rival, cuando se supone que una afición acude a aplaudir y animar a su equipo y no a generar terror». Samper aclaró que no se trata de toda la afición, sino de «ocho o diez personas que tienen que controlarse».