Más de 3.000 personas llenaron de color las principales arterias de la ciudad para disputar la octava edición de la San Silvestre de Alicante. La prueba gana en participación año tras año y ya se ha convertido en uno de los eventos marcados en rojo en el calendario de los atletas y de los no atletas, ya que se trata de una actividad lúdico-deportiva en la que prima despedir los últimos días del año por encima del carácter competitivo.

Como es tradición, gran parte de los participantes completaron los 4 kilómetros de recorrido con sus mejores disfraces creando un espectacular colorido desde la salida hasta la meta, ubicada en la Rambla. En especial, el uniforme de Papá Noel fue el más usado por un gran número de aficionados.

Lo más destacado de nuevo fue el carácter solidario de la San Silvestre, ya que se recaudaron más de 3.500 kilos de comida. La San Silvestre, organizada por la concejalía de Deportes, volvió a ser un éxito en todos los sentidos.