De nuevo la alarma se dispara en el fútbol base ante la precariedad sanitaria que existe en los campos de fútbol de la provincia. El último caso ha sido el de Pablo, de 16 años, portero del Racing de San Gabriel juvenil. El jugador se desplomó durante la segunda parte del partido del sábado ante el Terra en el campo de Tómbola tras un encontronazo con un rival, que cayó encima de su cabeza. En primer instancia, el suceso parecía no revestir gravedad, pero pasaron los minutos y Pablo empezó a hacer gestos extraños que dejaron preocupado a su padre, que no dudó en correr la banda para acercarse a su hijo.

De repente se fue encontrando peor hasta que quedó inconsciente. Fueron los momentos de mayor angustia en los que en ausencia de atención sanitaria profesional fueron el padre del jugador y el entrenador del equipo los que trataron de reanimarlo. Se quedó cuatro minutos inconsciente en un campo que enmudeció por completo. Las llamadas a la ambulancia se sucedían sin que apareciera ninguna hasta que pasados 15 minutos hizo acto de aparición una para trasladar a Pablo al Hospital. «Hasta cinco veces llamamos al SAMU», recuerda Pascual, el padre del portero.

El jugador se fue recuperando y en dos horas recibió el alta. Desde que recibió el golpe asegura que no recuerda absolutamente nada, aunque eso sí, con el susto en el cuerpo.

Es el segundo accidente en menos de diez días y en ambos la ausencia de atención sanitaria obligó a actuar a los espectadores que estaban viendo el partido. En el caso de Salva, portero del Hércules cadete, le salvó la vida la actuación de dos aficionadas -médica y enfermera-hasta la llegada de la ambulancia que lo trasladó al Hospital. El padre del jugador movió una recogida de firmas dirigida al Ayuntamiento y a la Federación con la finalidad de que en todas las instalaciones deportivas haya una ambulancia o punto fijo de asistencia sanitaria para reaccionar rápidamente ante un accidente. Del mismo modo ha actuado el Racing de San Gabriel. «Estamos recogiendo firmas porque no queremos que esto le pase a nadie más. Esto es deporte y no podemos permitir que los campos de fútbol se queden tan desprotegidos», señaló ayer Pascual García, padre del portero juvenil del Racing de San Gabriel.

El equipo alicantino ha recibido el apoyo de numerosos clubes de la provincia que se han interesado por el estado de salud de Pablo.