El ciclista José Joaquín Rojas conquistó ayer el reino de los Belda al proclamarse, por segunda vez, campeón de España de ciclismo en la prueba de fondo en carretera disputada en Cocentaina. El corredor de Movistar entró en meta mirando al cielo, recordando a su hermano Mariano que murió hace 20 años, con siete segundos de ventaja sobre Ángel Vicioso (Katusha) y Jordi Simón (VervaActive), que le acompañaron en el podio profesional. Alejandro Valverde fue cuarto, dando tiempo al pelotón.

Cuatro años después de lograr su primer título de fondo en Castellón, batiendo al esprint a Alberto Contador, Rojas, de 31 años, recuperó el maillot de campeón al cabo de un recorrido de 193,8 kilómetros, seis vueltas a un circuito, que cubrió en cuatro horas, 45 minutos y 22 segundos bajo un calor asfixiante. Él se llevó la gloria de los campeones, pero la carrera, disputada en Cocentaina contó con otros protagonistas de renombre como David y Vicente Belda, además del noveldense Julio Alberto Amores.

David Belda, que luce el maillot del Roth-Skoda suizo, fue valiente delante de sus paisanos y se metió, nada más empezar la carrera, en la escapada nueva, junto a José Herrada y Rubén Fernández de Movistar Team, Benito y Rubio, de Caja Rural-RGA, Aranburu, de Euskadi-Murias y Cristian Rodríguez, del Wilier-Southeast.

Rubén Fernández y Belda se fueron por delante en la penúltima de las seis vueltas de las que constaba el circuito. Ya en los últimos kilómetros fueron alcanzados por Rojas, Simón, Pardilla y Vicioso, mientras que por detrás el Movistar manejaba el pelotón. En los últimos kilómetros atacó Rojas y cruzó la meta primero, mientras que Belda era cogido por el pelotón. Su padre, Vicente, también recibió los parabienes de todo el mundo en la línea de meta, por el diseñó del circuito del campeonato de fondo en carretera y por su organización. Subió al podio como en sus tiempos de corredor y recibió un maillot rojigualda y una medalla de oro como la de Rojas de manos del presidente de la RFEC, José López Cerrón.

En la categoría élite, otro alicantino, Julio Alberto Amores rozó el oro. El noveldense se tuvo que conformar con la plata en la línea de meta, por detrás de Jorge Martín Montenegro. El bronce se lo colgó Egoitz Fernández.

Una vez pasado por el podio, Amores reconocía que la presea le sabía a gloria a «pesar de que he entrado primero en el último kilómetro». El alicantino reconocía que «no esperaba estar tan adelante ya que llevaba tres semanas sin correr y, de ahí, que en los últimos kilómetros ya no podía más. A cien metros me ha pasado Montenegro».

Su familia y amigos estaban en la línea de meta coreando su nombre. «Colgarse una medalla de plata, casi en casa, corriendo con profesionales es para estar contento», señalaba el alicantino antes de confesar que «dedico el triunfo a mi familia, al equipo, al nutricionista y, sobre todo, a mi novia, que siempre me apoya».

Rojas fue el primero, después de que en invierno le operaran del corazón y en la París-Niza se rompiera la muñeca, pero la prueba contó con 164 protagonistas en el pelotón, tres alicantinos que se dejaron ver y un público que vibró con el campeonato. Una bonita matinal de ciclismo en el reino de los Belda que terminó con un murciano en lo más alto del podio. ¡Chapeau!