Ambición, personalidad y convicción. Algunas de las cualidades más valiosas para cualquier deportista que se precie abundan en el carácter de Daniel Andújar. Tanto personal como deportivo. Eso ha sido lo que le ha permitido conseguir la marca mínima para los Juegos Olímpicos con un tiempo de 1,46,61. El atleta alicantino tiene prácticamente asegurado su pasaporte para Río. Sólo se lo impediría que dos atletas más rebajaran su marca, algo más que complicado.

El deportista nacido en San Vicente del Raspeig concluye este año su etapa como atleta promesa o sub 23. En esta categoría, fue séptimo en el Campeonato de Europa de 2015 celebrado en Estonia. Libra su lucha contra sí mismo (en su día a día, en sus entrenamientos rutinarios) para burlar la implacable resistencia y los estrictos límites que ofrecen su cuerpo y el cronómetro; pero también pugna contra un ramillete de competidores directos que persiguen su mismo sueño. Uno de sus ídolos, Kevin López, conoció el pasado viernes en Huelva la fuerza y el empuje de Andújar. Ambos hicieron idéntica marca. Palabras mayores.

El atleta alicantino asegura que nunca olvidará el momento en el que miró en el marcador su tiempo. «Me eché las manos a la cabeza y casi me puse a llorar. Había sido el fruto de muchos años de trabajo con mi entrenador, Llorens Solves». afirma Andújar, que lo primero que hizo fue llamar a sus familiares para comunicarle la noticia: mínima para los Juegos y mínima para el Europeo.

La ambición de Andújar no tiene límites. Asegura que tiene en sus piernas un mejor tiempo y que seguirá trabajando para conseguirlo. Aunque sólo algo improbable le dejaría sin ir a Río, prefiere tener los pies en el suelo. «Sé que lo normal es que fuera, pero no me quiero hacer muchas ilusiones por si acaso», señala el deportista de San Vicente. «Lo más difícil lo he conseguido, pero no está todo hecho», añade.

Como no podía ser de otra manera, admira al keniano David Rudisha, auténtico dominador y actual plusmarquista mundial de los 800m. «Lo que más me asombra y maravilla de Rudisha es la facilidad y la elegancia con la que se desenvuelve en la pista», apunta el atleta FER. Cuando Daniel se examina a sí mismo, detecta virtudes y defectos, valores y taras, «pero sinceramente no me cambiaría por nadie. Si tengo que evaluarme, creo que tengo una buena punta de velocidad para los 800m».