El excampeón de España Ramiro Blanco se siente «ninguneado, engañado y traicionado» por el Ayuntamiento de Alicante, la Federación Valenciana de Motociclismo y sus antiguos colaboradores por las circunstancias que rodean el cierre de su circuito de minimotos tras 26 años formando en edad infantil a pilotos de la talla de Dani Pedrosa, Nico Terol, Héctor Faubel, Joan Olivé o Fonsi Nieto.
El pasado 5 de marzo la Policía Local se personó en Bacarot con una orden de cierre de las instalaciones, las cuales estaban funcionando de forma ininterrumpida desde 1990. En un documento firmado por el vicealcalde y concejal de Urbanismo, Miguel Ángel Pavón, se especificaba que el cierre está motivado porque no existe permiso de apertura y además el circuito está construido sobre una rambla, tal como informó este periódico el pasado 13 de marzo.
Sobre el decreto de cierre, Blanco aduce que en su momento pagó 153.000 pesetas, «de las cuales tengo el recibo, en concepto de apertura y fue el alcalde de Alicante de entonces [Ángel Luna] quien me alentó para que siguiese con la misión educativa y de formación de pilotos, y desde entonces hasta el pasado mes de marzo ha estado funcionando sin ningún problema con todos los alcaldes que ha tenido la ciudad». El expiloto recuerda que ha colaborado durante varios años con el propio Ayuntamiento y con la Diputación en cursos de educación vial y otras actividades que se han llevado a cabo en el circuito clausurado hace ahora algo más de dos meses. «En cuanto a lo de que está construido sobre una rambla», añade, «un inspector de la Confederación Hidrográfica del Júcar ya informó años atrás de que no era así».
Desde un primer momento, Ramiro Blanco trató de ponerse en contacto con el vicealcalde Pavón pero de momento no ha conseguido poder hablar con el edil, ya que el responsable de Urbanismo no le recibe. «Tan sólo he podido hablar con un funcionario, al que le he aportado y le estoy aportando documentación, pero esta persona me dice que no puede hacer nada por la reapertura, ya que depende de una instancia superior».
Con quien sí que pudo hablar fue con Eva Montesinos, la edil de Deportes, a cuyo despacho acudió acompañado por Fernando Rodríguez Lázaro y Giulio Di Sora, que son sus antiguos colaboradores en la gestión del circuito de Bacarot. «Montesinos fue muy amable y nos manifestó que había voluntad de la Corporación para encontrar una rápida solución del problema y que allí o en otro sitio la actividad iba a seguir lo más pronto posible y se iba a respetar mi nombre». Pero la realidad está siendo muy distinta para Blanco.
El expiloto se encuentra especialmente dolido con la Federación de Motociclismo de la Comunidad Valenciana, ya que desde un primer momento intentó ponerse en contacto con su presidente, que es alicantino, José Luis Berenguer, «y éste ni se dignó a responder al teléfono en las múltiples llamadas que le hice». Con quien sí que consiguió hablar telefónicamente fue con el secretario, que se limitó a decirle, textualmente, «que el presidente no le cogía el teléfono porque estaba enfadado con él, por lo que era su problema y que le aconsejaba se buscase un buen abogado, que en Alicante los había excelentes».
Ante este panorama, Blanco se personó en la sede de la delegación de la Federación en Alicante, donde sí que estaba el presidente, con quien pudo hablar unos instantes en los que le dijo «que lo sentía mucho pero que conocía el caso y la Federación no podía hacer nada». Antes de abandonar las oficinas apareció el vicepresidente federativo, Pedro Tovar, «quien con muy malos modos empezó a gritar diciéndome que cómo me atrevía a ir por la Federación después de todo lo que iba diciendo del presidente».
El estupor del propietario del circuito clausurado en Bacarot ha ido «in crescendo» cuando se ha enterado de que el Ayuntamiento de Alicante, con el beneplácito de la Federación, ha decidido ceder unos terrenos a sus colaboradores Rodríguez y Di Sora para que estos pusiesen en marcha, como ya han hecho, la misma actividad que llevaban conjuntamente los tres en Bacarot, puenteando totalmente a Blanco, al que no han informado en ningún momento y se ha enterado, a través de terceros, del inicio de la actividad sin apenas acondicionamiento en un solar asfaltado junto al campo del Alicante CF, que era un deposito de vehículos en las inmediaciones de Villafranqueza.
Blanco había contratado en Bacarot un seguro que estaba incluido en el precio que se pagaba por el alquiler de la pista, con lo cual cualquier niño podía ir allí y rodar, cosa que ahora no es posible, ya que para poder rodar es necesario estar en posesión de una licencia «no competitiva» para entrenar que expide la Federación, previo pago de 102 euros (si se tramita por club) o de 162 euros si se hace personalmente. Además, los rectores de la nueva instalación han creado un club -federado naturalmente- que se llama Motoclub RBC (curiosamente, las mismas iniciales de Ramiro Blanco Catalán).
Para recabar más datos, INFORMACIÓN se puso en contacto con Rodríguez Lázaro, excolaborador de Ramiro Blanco, que declinó hacer declaraciones y añadió que no tenían nada que decir y que no querían crear polémica. A la pregunta de por qué le habían puesto al club de nueva creación un nombre que coincidía con todas las iniciales de Ramiro, su respuesta fue escueta: «Porque sí, y no tiene nada que ver. Lleva ese nombre como podría llevar cualquier otro».
