104 kilómetros y 24 horas de tiempo límite para completar el recorrido. La Transilicitana se ha convertido en una prueba obligada para los amantes del ultrafondo y en una de las más largas de la provincia. Aunque tiene carácter competitivo, el premio es llegar a la meta, algo que consiguen normalmente el 50 por ciento de los corredores que toman la salida. La cita es este sábado. Será la séptima edición de una prueba que llega a su séptima edición con aproximadamente 800 atletas de ultra resistencia. Allí estará Pablo Gómez, corredor alicantino del Apolana y que repite por segundo año consecutivo. «Es una prueba muy bonita, está muy bien organizada y me gusta mucho, por eso repito», afirma el atleta, que el año pasado invirtió 15 horas en completar el recorrido.

La Transilicitana arranca a las diez de la mañana y acabará 24 horas después con un circuito que discurre dentro del término municipal de Elche y que combina tanto montaña, playa como asfalto. «Es muy dura pero muy divertida porque es muy variado el tayecto», afirma Pablo, que ya tienne todo preparado para encarar la prueba «con garantías» de poder acabar y «si puede ser» rebajar el tiempo de la pasada edición.

104 kilómetros y los atletas pueden tanto correr como andar. «Normalmente todos acaban haciendo tramos andando salvo los primeros que corren todo el rato. Es muy frecuente que se resientan los pies porque son muchas horas de actividad», asegura el atleta del Apolana, que recomienda que los participantes sigan un programa de entrenamiento para poder afrontar esta carrera.

El ganador de la pasada edición invirtió 9 horas y 47 minutos. Un tiempo estratosférico que firmó Francisco Robres, un auténtico héroe que realizó toda la prueba a un ritmo infernal. El mérito es enorme aunque no menos que el de Francisco Javier Rubio, que llegó a la meta después de 23 horas y 47 minutos. «La satisfacción por acabar la prueba es enorme, es mucho sacrificio pero al final vale la pena», expresa Pablo Gómez.

La carrera, organizada por la Policía Local de Elche, goza de extraordinarias medidas de seguridad. «La gente se vuelva con los corredores, te ayudan a avituallarte y siempre que necesitas ayuda te la dan», afirma Pablo, integrante de la sección de montaña del Apolana.

Los atletas deben ir previstos de abundante material según las recomendaciones de la organización: Bastones, gafas de sol, gorra o braga que cubra toda la cabeza,pilas de recambio o un segundo frontal, silbato, crema solar, Loción antimosquistos, electrolitos y/o sales minerales, reserva alimentaria: barritas, geles, fruta, camiseta térmica, mallas o pantalones, guantes: Recomendado aislante térmico transpirable o similar, pantalones impermeables, chaqueta impermeable con capucha, cortaviento y ropa de repuesto. Un auténtico ejercicio de supervivencia para afrontar las numerosas horas de la carrera.

¿Se puede parar a comer? Es una de las preguntas que se hacen muchos de los que afrontan la prueba por primera vez. «Por supuesto que se puede parar. Cada uno el tiempo que necesite. Incluso alguno de los avituallamientos es de comida y además muy buena. Es necesario parar para poder cargar el cuerpo de energía», indica Pablo, que recomienda a los atletas que estén preparados «psicológicamente». «Se retira mucha gente todos los años, es muy duro y durante la carrera tienes tentaciones de dejarlo porque es fácil por lo bien organizado que está todo».

¿Y el recorrido de noche? «No te pierdes porque está muy señalizado, pero es obligado ir con luz frontal», recomienda Pablo.