El ciclista almoradidense Alejandro Gómiz regresó ayer por la mañana de Richmond (Estados Unidos) donde el pasado sábado disputó el Mundial de la categoría junior en la que logró ser el primer español, entró el puesto 44 y a un minuto y 12 segundos del ganador, el austríaco Felix Gall, que superó en una apretada llegada al francés Clement Betouigt-Suire. El danés Rasmus Pedersen completó el podio.

La prueba respondió al prototipo de prueba junior, con muchos nervios y caídas. En las dos últimas vueltas hubo numerosos cortes, para que al final la carrera se rompiera casi totalmente entrando los corredores casi de uno en uno. No obstante, el ataque de Gall se produjo en la zona de llano, antes de los tres muros. «Fue una carrera muy dura, en la que acusamos un poco más de la cuenta el hecho de que las pruebas en España sean habitualmente de 90 kilómetros y en el Mundial se diseñó un recorrido de 130. Al final se nota en las piernas», confesaba ayer Gómiz, ya en casa, antes de afirmar que «también es una carrera difícil de controlar, máxime cuando España sólo compite con tres ciclistas y otros llevan seis y tienen más opciones».

«Personalmente -prosigue Gómiz- ha sido una experiencia que jamás olvidaré. He podido convivir con toda la expedición española y en especial con los profesionales entre los que se encontraba Valverde. Es mi ídolo, porque gana donde quiere y en todos los meses del año».

El ciclista de Almoradí afirma que el Mundial ha sido el colofón «a una gran campaña» en la que se proclamó campeón de España de su categoría en Sabiñánigo y que servirá para dar el salto a sub'23 con su actual equipo CC Sax. «Será una campaña de adaptación y en la que me gustaría seguir progresando como ciclista. Todo lo que me ha sucedido este año me ha dado mucha moral».

Además, el próximo 16 de octubre recibirá un homenaje en el Ayuntamiento de Almoradí después de su gran campaña en la categoría junior.