Era el primer domingo de julio de 2005. Fuimos a una boda en Saint Emillion y, al regresar a la periferia de Burdeos, a la casa de unos amigos, un familiar se levantaba del sillón entusiasmado: «Alonzo» acababa de ganar para Renault el gran premio de Francia de Fórmula 1, lo que no ocurría desde Alain Prost, mucho, mucho tiempo atrás. Es difícil imaginarse cómo echaban humo los telediarios aquella noche y cómo, al día siguiente L'équipe atronaba en primera página... Por entonces, Nadal arrancaba su épica en Roland Garros, donde cayó mal el primer día y así seguirá hasta la eternidad.

Más tarde llegaron los dopajes, sobre todo en ciclismo, ocupándose de manera especial los medios franceses de los españoles. A raíz de la suspensión de Contador en 2012, Nadal fue el ojo de las críticas, especialmente del humorista Nicolas Canteloup, popular presentador/imitador de los Guignols de Canal+, que lo sacó en versión «Increíble Hulk», con el brazo izquierdo a tamaño gigantesco. El mallorquín acabó respondiendo en una entrevista en L'équipe, en la que, visiblemente enfadado, hablaba de las «mil putas horas que entreno cada día».

Ahora le ha tocado a Gasol, de soslayo, en un blog, pero con el aval de «Le monde», que casi parece El País escribiendo sobre el Barcelona... Lo curioso es que tras la «cruel» derrota de Francia en el Europeo de baloncesto (fue el término que usó «L'équipe»), el seleccionador y algunos jugadores cargaron contra los árbitros... pero los medios franceses no se dieron por aludidos. Ni «Le parisien», ni «L'équipe», ni «Sud-ouest» atribuyeron la derrota a causas «extrañas», e incluso el segundo no tuvo empacho en hablar de «estratosférico» Gasol; además, como empezó el mundial de rubgy, que por aquellas tierras pesa bastante más que la pelota y el aro, el impacto del desastre fue menor.

¿Por qué escribo todo esto? Porque a raíz del lío de 2012 y la campaña contra los deportistas españoles, acabé participando en un gran debate en el rotativo «Sud-ouest», de gran influencia en el tercio sur, parte atlántica, de Francia. Se acusaba a «todos» los deportistas españoles de doparse, a lo cual respondí, no sin cierta ironía, preguntando si cuando decían «todos» se referían a «todos»; es decir, a Xavi, Iniesta... y Alonso. Y en este último caso, más concretamente, quién se dopaba ¿Alonso? ¿El Renault? ¿Los dos? Me quedé sin respuesta...