Más de 400 jugadores sub'12 y sub'14 participan hasta el domingo en el Montemar de Alicante en el «Rafa Nadal Tour», un torneo impulsado por el tenista que, además de la competición, fomenta la formación en valores de los participantes. Los beneficios del circuito se destinan a la Fundación Rafa Nadal que preside la madre del campeón de Manacor, Ana María Parera, plenamente convencida de que el tenis puede ayudar a los niños a desarrollar actitudes como el esfuerzo y el compañerismo.

¿Cómo se plantea un circuito juvenil como el «Rafa Nadal Tour» en el que se potencian a la par la competición y la formación en valores?

Desde el principio no concebíamos un torneo sin el fomento de los valores. Sentamos unas bases en las que el tenis y este torneo eran las herramientas para fomentar valores en la gente joven. Es nuestro principal objetivo.

Esfuerzo, compañerismo, superación personal... Son valores que encarna el propio Rafa...

No sé si los encarna o no. Sencillamente son valores que él ha tenido muy presentes cuando empezó a hablar de que la Fundación organizara este torneo. Rafael tenía muy claro que quería que el circuito fuera más allá de la competición en sí misma. Y no nos hemos equivocado porque entrenadores y padres han apoyado mucho. Aunque vienen a jugar, lo más importante es que estos niños tengan un comportamiento y un compañerismo a la hora de ganar y perder, que disfruten del momento que están viviendo y no sólo estén pendientes de si ganan o pierden.

¿Cómo surgió la idea del torneo? ¿Partió de Rafa? ¿De la Fundación?

De todos un poco. A él le hacía ilusión. De jovencito había jugado siempre el «Nike Junior Tour» y quería añadir unos conceptos diferentes de la competición pura y dura. Es lo que hemos intentado aplicar y la gente ha respondido muy bien y está contenta.

El circuito premia, incluso, al jugador con un mejor comportamiento, al margen de sus resultados deportivos...

Sí. Lo valoran los mismos entrenadores y participantes y este Trofeo de Valores otorga además la octava plaza para el Máster final. Se reconoce el compañerismo y la actitud deportiva de un jugador, al margen de si ha ganado o perdido.

Los beneficios del circuito se destinan a la Fundación Rafa Nadal que usted preside. ¿En qué proyectos se centran ahora?

Hace siete años que trabajamos en ello y en diferentes proyectos. Empezamos con una escuela en la India en unos terrenos de Vicente Ferrer, en los que tenemos más de doscientos niños y niñas de las castas más bajas de aquella sociedad. Además de tenis, tenemos una escuela de inglés y damos una comida diaria, que muchas veces es la única de que disfrutan. Trabajamos también con Aldeas Infantiles SOS y Special Olympics España en diferentes comunidades y abrimos un centro en un barrio conflictivo de Mallorca con sesenta niños.

En este segundo año el circuito ha doblado el número de participantes y de sedes. El torneo crece, pero su filosofía se mantiene inalterable...

Exacto. Esa filosofía no cambia. El deporte es una herramienta para ayudar a todo lo demás. Es importante, pero hasta cierto punto, porque lo esencial es crecer como personas a partir de las vivencias y experiencias que comparten los niños durante esta semana de torneo. Al final disfrutan, aprenden, juegan a tenis y conocen amigos, que es lo que quieren. Como en una escuela de vida.