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De Wimbledon a la montaña

Guti se echa al monte tras colgar la raqueta

El alicantino Sergio Gutiérrez, que llegó al 173 del ránking ATP, compite en carreras de montaña tras dejar el tenis profesional por una lesión de rodilla

Guti prepara un revés a dos manos en el torneo ATP 250 de Sao Paulo en 2013. INFORMACIÓN

Sergio Gutiérrez-Ferrol, Guti para los amigos (Alicante, 5-II-1989), se ha echado definitivamente al monte tras abandonar el tenis profesional, en el que llegó a ser el 173º mejor jugador del mundo en noviembre de 2012, según el ránking de la ATP. Desmoralizado por una grave lesión de rodilla que le mantuvo ocho meses parado en 2013, Sergio decidió colgar la raqueta como profesional tras perder ese año en primera ronda en Wimbledon ante Karol Beck y le cogió el gusto a correr. Correr mucho, cada vez más, y por el monte. Tanto, que ahora compite en la especialidad de carreras de montaña de 20, 40 y hasta 70 kilómetros. Aunque asegura que el tenis le dio mucho y le formó como persona, no lo echa de menos porque se encuentra «muy feliz» e identificado con su nueva dedicación deportiva, el «trail running», al tiempo que «mata el gusanillo» de la raqueta como monitor en el Club 40-15 de Mutxamel y haciendo de «sparring» de tenistas en activo como García-López y Roberto Bautista.

«Todo empezó cuando me lesioné de la rodilla y empecé a correr para recuperarme y me gustó mucho», recuerda Sergio, que acaba de cumplir los 26. «Luego seguí jugando, conseguí mi mejor ránking, viajé mucho y me equivoqué al jugar demasiados torneos seguidos. Empecé a agobiarme, no era feliz ni viajando ni jugando y llegué a la conclusión de que estaba más a gusto corriendo y decidí dejar el tenis profesional y ayudar a mi hermano [Adolfo] en la escuela».

Ganador de 12 torneos Futures -la tercera división del tenis-, cuartofinalista en el ATP de Casablanca y tercera ronda en el Abierto de EE UU de 2012, Guti se enganchó a la dureza de las carreras de montaña a través del grupo de corredores «El domingo a las 8», de San Vicente del Raspeig. «Fui participando en pruebas y acababa el vigésimo, pero, poco a poco, mis resultados eran mejores, me enganché mucho al trail running y comencé a elevar la distancia de las carreras», recuerda.

«Físicamente me encuentro mucho mejor que cuando jugaba al tenis», destaca Sergio, «y puedo plantarles cara un set cuando me llaman tanto a Roberto Bautista como a García López, pero a la hora de competir en tenis ya es muy distinto». El flamante corredor de montaña mantiene una excelente relación con el tenista manchego y el castellonense, que le siguen llamando con relativa frecuencia para entrenarse con él. «Somos amigos y ambos me han ayudado mucho cuando yo era profesional».

Tras el calvario de la lesión, Gutiérrez cerró definitivamente la página del tenis profesional para centrarse en su nueva pasión. «Ahora me fijo en el desnivel de las carreras de 20 kilómetros, que suele ser el mismo, y en cada prueba sale un ritmo distino. Debes olvidarte de todo, del reloj, y guiarte más por sensaciones. Y si alguien quiere arriesgar bajando, pues arriesga».

La mala fortuna de las lesiones también le ha acompañado en el «running» y en el Campeonato de la Comunidad Valenciana sufrió un esguince de tobillo en una bajada, del que ya se está recuperando con la mente puesta en varias pruebas de 40 kilómetros y un desafío de 70, todas elllas en España, de momento.

Puestos a comparar los dos deportes, Sergio encuentra poco paralelismo entre ambos, salvo el espíritu de lucha y el ansia de ganar. «El tenis es muy explosivo y de cabeza y las carreras por montaña son muy físicas y otro tipo de mentalidad. En el running hay que aguantar dolores y resistir y en el tenis tienes que pensar mucho y soportar el cansancio de tanto viaje», indica.

Volcado de lleno en las carreras, Guti mira hacia atrás con gratitud y guarda los mejores recuerdos de sus siete largos años de tenista profesional (debutó en un Futures en Egipto en 2006): «El tenis me ha dado mucho, me ha formado como persona. Salvo el cansancio de tanto viaje, todo ha sido bueno».

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