El Valencia Basket se proclamó este miércoles campeón de la Eurocup y alcanzó así la cima de la segunda máxima competición del baloncesto europeo tras haber recorrido un largo camino de veinticuatro partidos en el que ha rozado el abismo tres veces, aunque en todas ellas supo escabullirse y salir vivo.

No fue el caso del segundo partido de la final, en el que el equipo valenciano dominó de principio a fin y se impuso por 73-85 a domicilio ante el Unics Kazán a pesar de que tenía el colchón de los trece puntos de ventaja que consiguió en el encuentro de ida.

En la que ha sido su temporada europea más larga, ya ha jugado tres partidos más de los veintiuno que disputó en 2010 -la que hasta el momento era su campaña continental más extensa-, estuvo en tres ocasiones a punto de quedar eliminado.

La última fue también en Rusia, en el partido de vuelta de los octavos de final en la pista del Khimki. El Valencia viajó con dieciséis puntos de ventaja, pero a falta de tres minutos perdía por veintiuno y sólo un tiro de Pau Ribas a falta de nueve segundos para el final logró reducir esa desventaja hasta los quince puntos que le permitieron pasar, con mucho sufrimiento, a la siguiente ronda.

Tanto la eliminatoria de cuartos de final ante el Alba Berlin como las semifinales ante el Nizhny Novogorod fueron muchos má tranquilas.

Su victoria por 32 puntos en el choque de ida ante el equipo alemán sentenció esa primera serie y en la segunda, aunque venció por nueve puntos en la Fonteta, se impuso por 26 en el encuentro de vuelta en un choque que controló en todo momento.

En cambio en las dos fases iniciales, el Valencia, lastrado por las numerosas lesiones que padeció, se complicó su futuro por sus problemas lejos de la Fonteta y pudo caer eliminado.

En la primera fase, que constaba de diez partidos, tres derrotas en sus cuatro primeros partidos como visitantes y un tropiezo en la Fonteta ante el Union Olimpia Liubliana le situaron al borde del KO en la última jornada.

El 17 de diciembre recibió al Asvel Villeurbanne en su pista con la obligación de tener que ganarle, ya que cualquier derrota le habría relegado a la cuarta posición del grupo y la habría eliminado. Un parcial de 31-10 en el primer cuarto encarriló su triunfo por 97-70.

En la segunda fase, se repitió la situación y tras caer en la cancha del Unics e inesperadamente también en la del Zielona Gora, viajó en la quinta jornada a la pista del Telenet Oostende con la necesidad de ser el primer equipo visitante en ganar allí.

Una derrota le habría dejado a la espera de una improbable combinación de resultados en la última jornada y si hubiera sido por más de veintisiete puntos directamente le habría eliminado.

Pese a protagonizar un mal arranque de partido, 21-15 en el primer cuarto, una brillante actuación de Bojan Dubljevic y una extraordinaria defensa le permitió reconducir la situación y finalmente se impuso por un cómodo 64-84.

En total, han sido veinticuatro encuentros con quince victorias y nueve derrotas, un irregular balance que le obligó a curtirse y a afrontar partidos decisivos desde el mes de diciembre para conquistar su tercer título continental.