El inglés Lewis Hamilton (Mercedes), que ganó ayer el Gran Premio de Hungría, la décima carrera del Mundial de Fórmula Uno, declaró en el circuito de Hungaroring que «no» puede «estar más feliz» después de la victoria, que espera que suponga «el punto de inflexión» para su equipo.

«Ha sido un gran fin de semana. No esperamos esto cuando llegamos aquí este fin de semana y anoche, sin ir más lejos, dije que necesitaría un milagro para ganar. Pues bien: igual es que suceden», indicó Hamilton, campeón del mundo en 2008 -con McLaren-, que hoy logró su primera victoria del año y se estrenó con su nueva escudería igualando el récord de victorias en Hungría (cuatro) del alemán Michael Schumacher.

«El equipo eligió bien la estrategia y las paradas; y el resto consistió en mantener la ventaja», comentó Hamilton, de 28 años y que ganó su vigésimo segundo Gran Premio después de arrancar desde la primera posición de la parrilla, tras haber firmado el sábado la trigésima 'pole' de su carrera en Fórmula.

«Tuve algunas batallas que afrontar, no obstante, con (su compatriota) Jenson (Button, de McLaren) y (el australiano) Mark (Webber, de Red Bull), pero creo que hoy teníamos un ritmo superior a cualquiera», comentó Hamilton tras ganar su primera carrera con una «flecha de plata».