El entrenador del FC Barcelona, Pep Guardiola, aclaró ayer su postura acerca de la demanda interpuesta por un socio contra el expresidente Joan Laporta y los miembros de su Junta Directiva, que podría comportar el embargo de sus bienes, y acercó posturas entre las dos directivas con las que ha convivido como entrenador al asegurar que son más parejas de lo que se creen, pidiendo además perdón a los dirigentes actuales por si sus palabras les causaron molestia alguna.

"Con lo que dije no imputé responsabilidad a la actual Junta, ni siquiera al socio (que puso la demanda). Si están molestos ya saben que no era mi intención. Porque aunque no lo parezca, he estado en las dos Juntas y se parecen más de lo que se piensan, mucho más. Querían que esto funcionara, y los que están ahora también hacen todo para que esto vaya a mejor", manifestó Guardiola en la rueda de prensa previa al encuentro ante el Bate Borisov.

Guardiola habló largo y tendido sobre este aspecto, intentando matizar sus palabras y dejando claro que era conocedor del jardín en el que se metía. Eso sí, era plenamente consciente de lo que hablaba y del origen de la demanda que puede dejar sin nada a Laporta. "Tengo 40 años y estoy aquí desde los 13, sé que por hablar bien de una Junta se intuye que vaya en contra de la siguiente. Ya era consciente de que no era la actual Junta o la Asamblea, sé que es un socio y con todo el derecho. Solo expresé que por 15 días es injusto que ocho familias con mujeres e hijos estén a punto de ser embargados. Ojalá que al final todo quede en esto, en un malentendido, y que el club vaya en la normalidad que ha ido en los últimos años", aseguró el catalán.

El técnico aseveró en que todas las Juntas han hecho cosas buenas y malas, y que tiene el mismo respeto por todas, pero no dejó esta vez lugar a dudas. "Rosell es el presidente y esto ya produce una distancia. Es muy buen presidente y será mejor en el futuro. Ha hecho bien las cosas en el primer año, no es fácil", comentó al respecto.

No quieren sorpresas

El Barcelona intentará hoy lograr su primera victoria en la presente edición de la Liga de Campeones a costa del Bate Borisov, un rival al que nunca se ha enfrentado y que espera dar la sorpresa derrotando al vigente campeón en el Dinamo Stadion. Tras el inesperado tropiezo de la primera jornada -el Milán arrancó un punto en el Camp Nou en el último minuto-, el Barça, que llega con las bajas de Iniesta, Alexis y Afellay, no quiere sorpresas en Minsk.