Fue un futbolista diez. Ganó una Eurocopa en el 64 ante Rusia en el Bernabéu. En aquella final hizo un gol y dio el otro a Marcelino. El NO-DO de la época dio un salto en la película y emitió un pase virtual de Amancio que remataba Marcelino. Eran las únicas imágenes que se conocían de la final. No fue hasta hace unos años cuando el programa Fiebre Maldini de Canal Plus rescató, gracias al archivo de la televisión holandesa, la auténtica imagen de Pereda centrando a Marcelino en el gol decisivo que dio el título a España.

Mucha gente durante muchos años creyó que el pase era de Amancio, un gran amigo por cierto de Chus Pereda. Y que es Pereda siempre fue un tipo vertebrador. Jugó un rato en el Madrid y triunfó en el FC Barcelona. Pero nunca palabras de rencor al Madrid. Todo lo contrario. Icono del barcelonismo, guardó una gran amistad con madridistas de siempre como Ignacio Zoco.

Este último verano estuvieron juntos en Cambrills como todos los años pasando una jornada de ocio.

Pereda fue el primer gran descubridor de talentos del fútbol español. Puso en el escaparate a todos los jóvenes de los años 80. Los vio crecer a todos. Y un pionero en el fútbol de base. Vicente del Bosque se llevó un gran disgusto esta mañana mientras presenciaba un entrenamiento de selecciones inferiores en la Ciudad del Fútbol en Las Rozas. Del Bosque sabe que ese función de la captación del talento la desarrolló muchos años Chus Pereda.

Además de entrenador, Pereda siempre fue un gran contador de historias. Gran conversador, siempre sintió un especial afecto por un club: el Indautxu, su primer equipo, a donde llegó desde Medina de Pomar (Burgos). Su gran amigo y compañero de viajes, el doctor Jorge Guillén, escuchó durante años las tertulias amenas de medianoche que regaló a los que estuvieron cerca de él en las concentraciones de la selección nacional.

Pereda ganó la Eurocopa en Madrid a Rusia. A la mañana siguiente, el general Franco dio a los jugadores una recepción en palacio de El Pardo. El encuentro se alargó. Pereda tenía un billete para regresar a Barcelona. Su compañero Feliciano Rivilla agarró su Mercedes, y escoltado por las motos de la policía que le puso El Pardo, enfiló a toda pastilla la Nacional II y llegó una hora tarde al avión.

El vuelo esperó en la pista de Barajas. España era campeona. Pereda subió asustado. Temía la reacción de los pasajeros que esperaban pacientes el despegue. Pereda entró y el vuelo en pleno se levantó a jalearle y aplaudirle. Lo contaba Chus Pereda para ilustrar lo que significaba en aquella época ganar cuando España ganaba muy poco. El fútbol lloró hoy su marcha. Uno de sus 'niños' favoritos, Isma Urzaiz, recibió el mazazo a media mañana en Bilbao. "Fue mi padre futbolístico", cuenta Ismael con la voz entrecortada. Chus Pereda, hacia fuera el menos, fue un tipo feliz, disfrutó mucho con el fútbol y un educado interlocutor, didáctico siempre con los medios de comunicación.