Los partidos de octavos de final del Abierto de Estados Unidos que se estaban disputando en los tres estadios del centro nacional de tenis Bilie Jean King fueron ayer suspendidos cuando apenas habían transcurrido 16 minutos de juego y después de haber comenzado con una hora y media de retraso por la lluvia. Rafa Nadal se acercó al árbitro del partido tras disputarse el primer punto del cuarto juego para indicarle que con la lluvia que estaba empezando a caer no se podía seguir jugando. El partido marcaba un 3-0 a favor del luxemburgués Gilles Muller.

Tampoco le iban bien las cosas al otro español, el alicantino David Ferrer, que competía en el estadio Louis Armstrong, pues iba perdiendo por 3-1 contra el norteamericano Andy Roddick. Por su parte, en la pista del estadio Grandstand, el estadounidense Donald Young ganaba por 2-1 al cuarto favorito del torneo, el escocés Andy Murray. A causa de la lluvia, la organización decidió suspender los dos partidos de cuartos de final previstos para ayer (Djokovic contra Tipsarevic y Federer contra Tsonga) e informó de que se intentarían disputar los cuatro partidos de octavos de final del cuadro masculino.

Mientras esperaba que se pudiera reanudar su partido, Nadal comentó que los tenistas deben estar unidos y no aceptar jugar en condiciones que puedan poner en peligro su integridad física. "No podemos aceptar estas cosas. Tenemos que estar todos unidos y no que sea Rafa Nadal el que diga que no se puede jugar", explicó el defensor del título.

Por su parte, la Asociación de tenis de Estados Unidos (USTA) emitió un comunicado oficial en el que informa de que los tres partidos de octavos de final interrumpidos comenzaron porque las predicciones indicaban que se podría jugar cerca de dos horas. La nota se hizo pública después de que Rafa Nadal, Andy Murray y Roddick mostraran su malestar por tener que jugar apenas unos minutos cuando había informaciones de que hasta la tarde no se podría jugar de forma continuada y al asegurar que las pistas estaban aún húmedas cuando jugaron y que por tanto era peligroso.