Ferrari y Fernando Alonso acuden esperanzados a su "casa", el circuito de Monza, escenario desde hoy del Gran Premio de Italia, decimotercera prueba del Mundial de Fórmula 1, con el objetivo de dar una alegría a los "tifosi" que frene el dominio del alemán Sebastian Vettel (Red Bull).

El germano tiene muy bien encarrilado su segundo título mundial, después de hacerse con la victoria en el trazado de Spa-Francorchamps, en Bélgica, a finales de agosto, que le sirvió para poner fin a su "peor" momento de la campaña y sumar ya 259 puntos, tres más que en 2010.

El actual campeón del mundo aventaja en 92 puntos a su compañero de escudería, el australiano Mark Webber, y en 102 a Alonso, a falta de siete Grandes Premios, por lo que, salvo catástrofe, tiene la corona en su poder, sobre todo tras lo visto este 2011 en el que ha estado alejado de los problemas mecánicos, ha sido el único "jefe" de la escudería austriaca y que en carrera, su peor resultado ha sido un cuarto puesto en Alemania.

Sin embargo, McLaren-Mercedes y Ferrari afrontan la cita de Monza esperanzados. Las "flechas plateadas" porque han ganado en cuatro pruebas, repartidas equitativamente entre Jenson Button y Lewis Hamilton, y parecen ser los más regulares para batirse con los "RB7", y los segundos porque corren en "casa" y esperan que esto les sirva de impulso para saborear una nueva victoria.

Alonso dio la mayor alegría de la campaña a Luca Cordero di Montezemolo en Silverstone a principios de julio con el único triunfo hasta el momento, y el asturiano desea dar una alegría a los "tifosi" que le afiance, al menos, en la pelea por el podio del Campeonato del Mundo.