El reparto de los derechos de televisión, un conflicto histórico y recurrente dentro de la Liga de Fútbol Profesional (LFP), vivirá a un momento clave con la reunión convocada por el presidente del Sevilla y la que celebrarán, casi a la vez en Madrid, los proclives al acuerdo de noviembre de 2010.

Mientras José María del Nido, uno de los presidentes que no respaldó aquel acuerdo impulsado por Real Madrid y Barcelona, ha invitado a toda la Primera salvo a éstos para hacer una revolución, los fieles a aquel convenio que tendrá vigencia desde la temporada 2014-2015 responderán con otra reunión en la sede de la Liga.

Getafe, Levante, Mallorca y Sporting no tienen previsto acudir a la cita del Sánchez Pizjuán, pese a estar en contra del actual reparto como han manifestado los presidentes de los dos primeros, y el nuevo mandatario del Athletic, Josu Urrutia, despejó hoy las dudas y confirmó que sí acudirá.

Ángel Torres entiende que el debate debe realizarse dentro de la Liga, Quico Catalán es vicepresidente primero de la LFP y el Mallorca está representado por Javier Tebas, impulsor del llamado G-30 que suscribió el acuerdo de hace un año.

La patronal espera las conclusiones de una y otra cita con una Asamblea convocada previamente para el día 15, en la que el convenio colectivo con AFE figura como único punto del orden del día, aunque se antoja difícil que no esté condicionada por lo que ocurra este jueves.

Del Nido confía en que su invitación tenga una gran respuesta, a pesar de que apenas han pasado diez meses desde que 36 clubes concretaran un acuerdo que establecía criterios de reparto inexistentes ahora.

El 11 de noviembre de 2010 los equipos de Primera, salvo Sevilla, Villarreal, Athletic de Bilbao, Real Sociedad, Zaragoza y Espanyol, y todos los de Segunda suscribieron la propuesta que partió de Real Madrid y Barcelona, por la que los derechos seguirán sin comercializarse conjuntamente pero se repartirán de forma distinta.

Dicho acuerdo, que se plasmó después de más de seis meses de negociación tras la petición de 27 equipos de negociar de forma conjunta la venta de derechos, contempla que desde esta temporada ya entren en funcionamiento los fondos de ayuda al descenso para los clubes que pierdan la categoría.

Ahora Real Madrid y Barcelona perciben 150 millones de euros, el 26 por ciento del dinero que el fútbol español obtiene de la televisión (unos 680 millones), y según el acuerdo de hace un año los dos "grandes" pasarían a cobrar el 17 por ciento cada uno (unos 135 millones).

Según el mismo, Atlético de Madrid y Valencia recibirán 44 millones (45%) y el resto de equipos de Primera 22,5 (45%). Los de Segunda se repartirán el 9% de los ingresos.

Hace años, en 2004, las diferencias por la venta y el reparto de los derechos televisivos ya generó una importante fractura en la Liga que derivó en la aparición de los llamados G-30 y G-12.

Después de más de tres años y medio en la presidencia y trece dentro de la Liga, en junio de 2004 Pedro Tomás dejó el cargo tras haber firmado la venta colectiva de los derechos televisivos de 30 clubes (G-30) cinco días antes del inicio de la competición anterior, amenazada por huelga si no había acuerdo.

El otro sector de la Liga, agrupado en el G-12, ya había vendido de forma individual sus derechos de televisión.

La salida de Pedro Tomás provocó la llegada de José Luis Astiazarán, vicepresidente primero con el anterior, que ocupó la presidencia en funciones durante un año hasta ser elegido como candidato único en julio de 2004 y renovar mandato en 2009 con el aval de 39 de los 42 clubes.

Ahora, en mitad de la guerra que la Liga mantiene con las radios por la exigencia de un canon a éstas para la transmisión de partidos, algunos directivos de la LFP no descartan que la reunión de Sevilla esconda también la pretensión de un relevo similar.

El pasado marzo Sevilla, Espanyol, Villarreal, Zaragoza, Athletic Club y Real Sociedad ya reclamaron cambios dentro de la patronal después de ganar la demanda contra el acuerdo de la Liga para suspender la jornada 30 en reivindicación, entre otras cosas, de acabar con el partido en abierto.