La liga italiana de fútbol y el sindicato de jugadores (AIC) han firmado un acuerdo para poner fin a la huelga que retrasó el inicio de la temporada de la Serie A, según ha confirmado la Federación Italiana (FIGC).

"Un nuevo contrato colectivo, válido hasta el final de junio del 2012, se firmó hoy en la federación italiana", informó la FIGC en un comunicado. La FIGC indicó que el contrato se firmó en presencia del presidente de la federación, Giancarlo Abete, el titular de la Serie A, Maurizio Beretta, y su homólogo del AIC, Damiano Tommasi.

"La firma se produjo tras una reunión en la que los representantes legales de ambas partes resolvieron los últimos detalles", agregó el comunicado.

El anuncio implica que la Serie A podrá comenzar el viernes con el partido entre el AC Milan -campeón defensor- y la Lazio, después de que la primera jornada, programada originalmente para el 27 y 28 de agosto, fuera postergada.

La resolución del conflicto se esperaba luego de que la liga dijera el pasado jueves que estaba preparada para volver a negociar varios términos del convenio. El acuerdo previo expiró al final de la temporada 2009/10 y las negociaciones para su renovación se extendieron durante toda la última campaña.

El AIC expresó que creía que se alcanzaría un acuerdo en diciembre, cuando una huelga se suspendió a último momento, pero la Serie A no lo firmó. El sindicato perdió la paciencia el mes pasado y dijo que la temporada no podía comenzar hasta que no se firmara el convenio.

"Es el acuerdo que alcanzamos en diciembre y es decepcionante que la firma llegara tan tarde, pero era importante tener el acuerdo firmado antes de que jugáramos", manifestó el presidente del AIC, el ex internacional italiano Tommasi.

"Vamos a jugar desde el viernes y creo que los jugadores tendrán el crédito por su buen juicio en esta negociación. (El acuerdo) es un punto de inicio y espero que sea una buena señal para el próximo", agregó.

Por su parte, el titular de la Serie A, Beretta, también se mostró conforme por el convenio. "Es un acuerdo profundamente innovador, valió la pena nuestra postura inflexible porque los clubes lograron gran parte de lo que querían", señaló.

El punto de conflicto era el artículo siete del contrato, que se vinculaba con los jugadores que ya no son requeridos por sus clubes. El AIC demandaba que esos jugadores pudieran entrenar con el primer equipo hasta el final de sus contratos, mientras que los clubes pretendían que el equipo técnico tuviera el poder de decidir en esas situaciones.