El Real Murcia certificó ayer su ascenso a Segunda División pese a perder por 1-0 frente al Lugo, mientras que el Sabadell festejó el sábado su regreso al fútbol profesional tras empatar (1-1) en Éibar.

El Murcia consiguió el ascenso haciendo valer ante el Lugo la ventaja de dos goles conseguida en el partido de ida (2-0). No obstante, el Lugo se adelantó en la primera parte y rozó la remontada, pero finalmente no pudo ser y tendrá una nueva oportunidad en la próxima eliminatoria.

Por su parte, el Sabadell regresó a la Liga Adelante 18 años después de su última presencia en la categoría de plata, tras empatar en Ipurúa (1-1) ante el Eibar, en el partido de vuelta de la eliminatoria de campeones de los grupos II y III de la Segunda División B.

El conjunto catalán, entrenado por Lluis Carreras, empató sin goles en su estadio, pero sacó partida de su visita al País Vasco gracias al valor doble de los goles. El tanto de los arlequinados lo marcó Marc Fernández, mientras que Lanzarote igualó para los vascos.

Pena salmantina

El Salamanca se convirtió ayer en equipo de Segunda B tras encajar una dolorosa derrota (5-1) en el Miniestadi ante el Barcelona B, que cedió terreno tras el 2-1 de Bedia en el minuto 63 pero respondió a lo grande en los últimos diez minutos de partido, donde no tuvo piedad de un rival anímicamente hundido.

Las urgencias del Salamanca pesaban y mucho en el partido de ayer. Cada acción del conjunto salmantino suponía peligro, pero el estilo de toque de los culés no permitía relajaciones.

Sin arriesgar, con paciencia y orden. Así llegó el 1-0, en el minuto 37, de Benja. Un golazo tras un centro de Abraham desde la izquierda que el exjugador del Reus remató, con potencia, de cabeza. Imparable para Biel Ribas.Pero aún quedaba lo peor para el Salamanca. Jonathan Soriano, máximo goleador de la categoría, marcó el segundo en el 56 tras enviar raso y colocado un pase de Saúl.

El Salamanca estaba desesperado, en descenso directo, y atacaba sin orden aunque con rabia. Los 300 aficionados que les arropaban en el Miniestadi estaban pendientes de la radio, pero Edu Bedia, desde la frontal, hizo que sus seguidores miraran otra vez al campo con un derechazo. Era el 2-1, y ahora el bloque charro estaba crecido.

El reloj iba en contra de los intereses salmantinos, pero sus ganas por empatar provocaron serios descuidos en defensa. El partido estaba roto. Los delanteros del Barcelona B acechaban constantemente la meta de Biel y a nadie le hubiera extrañado que el tercer tanto subiera al marcador. Soriano cumplió las amenazas. El catalán, cuyo desmarque fue leído a la perfección por Víctor Vázquez, sentenció el partido un tiro cruzado. A falta de cinco minutos para el final, el Salamanca estaba en Segunda B. Y por si fuera poco, llegaron dos goles más "culés".