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El Orihuela Club de Fútbol se hizo ayer un hueco en un lugar de honor de la historia del balompié oriolano al conseguir por primera vez en su historia clasificarse para disputar una promoción de ascenso a la categoría de plata del fútbol español.

Le bastaba con el empate para poner la guinda a una temporada de ensueño e hizo sus deberes sumando el punto que le hacía falta ante un difícil Ontinyent que pese a no jugarse nada, llegó a Los Arcos con la idea de despedir la temporada de la forma más digna posible. Tanto es así, que llevó a gozar de más disparos a puerta que el Orihuela, si bien nunca peligró el resultado para los de Pato.

La afición respondió a las expectativas y Los Arcos vivió su mejor entrada de la temporada, con unos 2.500 espectadores en las gradas que vivieron los 90 minutos con la intensidad de las grandes finales, animando en todo momento a su equipo con banderas, pancartas y cánticos de aliento que no dejaban a los jugadores mostrar la más mínima muestra de decaimiento.

Los nervios contenidos se transformaron al final del partido en una explosión de alegría en la que la afición se fundió en un abrazo con los jugadores, cuerpo técnico, directivos y empleados. Todos eran conscientes de que se había marcado un gol al destino para alcanzar un hecho sin precedentes en la temporada de menor presupuesto de su historia.

Pero para llegar a esa situación, los futbolistas, ayudados en todo momento por la afición, tuvieron que salvar el último obstáculo: el del Ontinyent. No fue fácil, pues el equipo de Toni Aparicio se mostró muy peligroso, sobre todo a balón parado, y dio algún que otro susto a la defensa oriolana, que una vez más estuvo inconmensurable. Los nervios tenían atenazados a los hombres de Pato en algunas fases del partido, aunque en otros momentos salían a relucir destellos del equipo que ha estado durante la mayor parte del campeonato metido en "play off", incluso como primer clasificado durante muchas jornadas.

Un gol anulado a Cases por fuera de jugo, un posible penalti de Manrique sobre Quintero no señalado, un impresionante despeje de Ricardo para evitar un gol en propia puerta de Arturo, y la posibilidad durante algunos minutos de poder alcanzar la segunda plaza de la clasificación tal como se estaban dando los resultados, acrecentó la emoción de un partido en el que la ausencia de goles quedó en segundo plano.

Al final, los oriolanos quedaron cuartos, hicieron los deberes, y la alegría fue total y absoluta. No tardaron algunos jugadores, como Carmelo, en acceder al palco para duchar con cava al presidente de la entidad, Antonio Felices. Pero uno de los momentos más emotivos fue cuando la rueda de prensa del entrenador oriolano, José Francisco Grao, Pato, fue interrumpida por la totalidad de la plantilla que inesperadamente apareció en la sala de prensa para abrazar al técnico y saltar al ritmo de cánticos, con botellas de toda clase de bebidas y refrescos que lo empaparon todo.

La afición terminó festejando el éxito en una de las rotondas junto a la glorieta Gabriel Miró, en la que se vivió una gran fiesta y donde también acudieron los jugadores y el cuerpo técnico para celebrar un hecho histórico.

orihuela: 0. Ricardo; Juanma, Carmelo, Benja, Arturo; Manrique; Mathias, Molina (Eldin, 85), Rodri (Samu, 76), Cases; Florian. ontinyent: 0. García; Blanco, Gonzalo, De Amo, César Soriano; Navarro, Rubio; Quintero (Alex, 90), Kikin (Feli, 77), Javi Vicente; Víctor Fuentes (Oscar, 83). a ÁRBITRO: Arcediano Monescillo (comité Castellano Manchego). TA T. amarillas: Amonestó a los locales Carmelo y Cases y a los visitantes Kikin y Blanco. C campo: Los Arcos, ante unos 2.500 espectadores.