El cuerpo técnico del Atlético de Madrid, encabezado por Quique Sánchez Flores, y la plantilla mantuvieron ayer una reunión de unos 45 minutos, antes del inicio del entrenamiento en la Ciudad Deportiva de Majadahonda, después de la segunda derrota consecutiva del equipo.

"La conclusión es que tenemos que ganar los dos partidos (el próximo domingo frente al Hércules, en el Vicente Calderón, y en la última jornada de Liga fuera de casa ante el Mallorca) y nada más", explicó Antonio López, capitán del Atlético, tras la charla, en la que también estuvo Jesús García Pitarch, director deportivo.

La reunión, que se produce habitualmente los días posteriores a los encuentros, aunque en esta ocasión se prolongó durante más tiempo que en las últimas semanas, llega después del 2-1 encajado este martes frente al Racing de Santander, la segunda derrota consecutiva del equipo tras el 0-3 del sábado contra el Málaga.

El conjunto rojiblanco, en cualquier caso, aún sigue en puestos de Liga Europa y depende de sí mismo para mantener esa plaza, aunque, a diferencia del quinto y sexto lugar, con la obligación de disputar una previa a finales de julio.

El día después de la derrota en Santander, además, vino marcado por las declaraciones del martes de Quique sobre el delantero uruguayo Diego Forlán, fuera del once por séptimo choque seguido.

Sánchez Flores dijo tras el partido en El Sardinero que no quiere "hacer crítica" del delantero y que él ve en los entrenamientos la "disponibilidad" con que cuenta de sus jugadores. "Hay asuntos que están claros para seguir indagando", añadió Quique, que apuntó que "las cartas están sobre la mesa". Hoy, Antonio López, preguntado por si esas palabras del técnico hacia el uruguayo habían sido comentadas en la reunión de esta mañana, respondió: "Lo que se habla en el vestuario evidentemente se queda en el vestuario".