El estado neurológico de Severiano Ballesteros ha sufrido un "empeoramiento severo", informó ayer la familia del exgolfista.

En una nota remitida desde Pedreña, la familia de Severiano Ballesteros indica que irá informando a medida que se produzcan nuevas noticias sobre su estado de salud.

El comunicado familiar añade que "aprovecha la ocasión para agradecer todos los apoyos" que tanto Seve como la propia familia han recibido e indican que serán ellos quienes informarán puntualmente, a través de la web www.seveballesteros.com, sobre la situación del campeón español.

El 6 de octubre de 2008 Severiano Ballesteros (Pedreña, 1957) se desvaneció en el aeropuerto de Madrid Barajas. Tras algunas convulsiones y recuperada la consciencia, Severiano llamó al teléfono móvil de su sobrino, Iván, para que pudiera recogerle tras lo sucedido.

"¡Señora, tranquilícese, que no me pasa nada!", le espetó Ballesteros a una mujer ya madura que se interesó por el estado físico del entonces ya exgolfista. En aquel revuelo, tras el amontonamiento de curiosos alrededor de Severiano, al golfista le brotó su fuerte carácter, con la misma energía y determinación con la que afrontaría al poco tiempo su grave enfermedad, aún oculta.

Iván condujo a Seve hacia el centro de Madrid. Al genial golfista de Pedreña, que adora la carne, se le antojó que ambos podían almorzar en un restaurante especializado en vacuno argentino.

Lo que pareció un simple mareo en Barajas se reprodujo con virulencia en aquel restaurante. Por fortuna, enfrente del restaurante se alza el Hospital de La Paz, en donde fue ingresado.

Desde su ingreso clínico, la vida del mejor golfista español de todos los tiempos, campeón de cinco torneos de "Grand Slam" (tres Open Británicos y dos Masters) y uno de los "Grandes" en la historia de este longevo deporte, pendió de un hilo muy fino.

El diagnóstico fue muy claro tras la batería de pruebas neurológicas: Seve tenía alojado en el cerebro dos tumores del tamaño de dos pelotas de golf, que enseguida se revelarían como malignos.

Ballesteros permaneció 72 días ingresado en el Hospital de La Paz. Fue intervenido en cuatro ocasiones, a vida o muerte, atendido por los doctores Isla y Pérez Álvarez, "dos campeones del bisturí", apostillaría después y en una de sus primeras comparecencias públicas el exgolfista.

Desde entonces, hasta el agravamiento de su salud del que informó ayer la familia, la vida de Ballesteros transcurrió entre sesiones de quimioterapia, radioterapia, recuperación y ejercicios de reeducación, en plena lucha por la vida y volcado en la Fundación que lleva su nombre, nacida para ayudar a la lucha contra los tumores cerebrales.

El Rey felicitó el 3 de junio de 2009, en el Día de las Fuerzas Armadas celebrado en Santander, a Severiano Ballesteros por su recuperación. "Eres un ejemplo, Severiano", le dijo el Rey de España tras la jura del bandera del deportista. Solamente habían transcurrido 8 meses desde que fuera operado en Madrid.

Dieciséis días después de aquel encuentro, 'Seve' regresó a la capital de España para presentar la "Fundación Ballesteros", cuyo objetivo principal iba a ser, entre otros, la colaboración en investigaciones contra el cáncer.

La semana pasada, los rumores se fueron extendieron paulatinamente sobre el empeoramiento del estado de salud de Ballesteros.

Desde su domicilio en Pedreña, la familia informó del "empeoramiento severo de su estado neurológico". Severiano Ballesteros se encuentra sedado y con control de sus constantes vitales.